Guía contra el acoso escolar

Empiezan las clases y los chicos vulnerables pueden sentir que otro año de torturas comienza. El acoso escolar consiste en la agresión física, verbal, psicológica o social que un individuo o un grupo, infringen sobre un compañero más débil.

Estas acciones siempre se llevan a cabo fuera de la vista de los adultos. Hay algunos síntomas o señales, que los maestros atentos pueden detectar a tiempo. Ya desde el primer día, los posibles acosadores y las posibles víctimas comienzan a configurar un mapa en el aula. Es deber del adulto responsable manejar esta situación con una actitud preventiva y pedagógica.

a- En algunos casos, la víctima puede responder agresivamente luego de un tiempo, con un estallido violento.

b- En otros casos, la indefensión llega al límite de la sumisión y el esclavismo.

c- También puede ser que adopte la conducta del “payaso de la clase”, a fin de lograr una cuota vital de popularidad.

d- O cambia de rol y se mimetiza con su acosador, agrediendo a niños mas pequeños.

 

Señales del acosador1- Agresividad verbal y física2- Bajo autocontrol3- Agresiones contra la propiedad4- Dificultad para respetar a las autoridades5- Padres de trato agresivo6- Gestos de rechazo7- Coacciones

8- Impulsividad

9- Abuso de poder

10- Liderazgo agresivo

11- Actitud desafiante frente a los adultos

12- Familia disfuncional

13- Actitudes adultas

14- Un grupo de soporte, apoya el acoso, filma y publica los hechos

15-   El grupo actúa como respaldo del agresor

 

Señales de la víctima1- Ausentismo frecuente2- Descenso de rendimiento3- Problemas de atención4- Sentimientos de culpa por los hechos5- Insomnio, pesadillas, falta de apetito(consulta a padres)6- Conducta de huida7- Apatía

8- Malestar físico generalizado

9- Ataques de pánico

10- Pesimismo, aprensión, depresión, respuestas emocionales extremas

11- Indefensión

12- Miedo a la soledad

13- Aislamiento

 

Al inicio de las clases, padres y maestros deben establecer una estrategia para detectar este tipo destructivo de conductas, con la conciencia de que no hay un vencedor, sino dos o más niños con problemas por resolver. Los maestros no deben desentenderse de estas situaciones, y mucho menos limitarse a juzgar en forma liviana, a veces la víctima es tildada como débil, se lo empuja a defenderse, generando peores consecuencias. Otras veces el maestro piensa que no es su trabajo tratar estas cuestiones, aunque en realidad, un centro de educación debe referirse a la persona en forma integral. No se pueden impartir solo conocimientos curriculares, obviando el sufrimiento de una víctima de acoso y la inestabilidad psicológica de un acosador.

Esperar que los hechos se repitan, es ignorar el sufrimiento y la urgencia que la víctima tiene, por ayuda y comprensión. Una estrategia saludable es la charla abierta con todos los padres, educarlos para que detecten señales de que su hijo sea una víctima o un acosador, en ambos casos amerita una actitud comprensiva. No se trata de acusar, se trata de ayudar a cambiar y mejorar a las dos partes del conflicto.

Es aconsejable que las instituciones utilicen un tiempo para prevención del “bulling” escolar, pero no solamente al inicio, o cuando haya sucedido un hecho de esta índole, sino durante todo el ciclo escolar, realizando ejercicios de intercambio de roles, teatralización, análisis y concientización de esta problemática.

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