Terapias para evitar morderse las uñas

Terapias para evitar morderse las uñas

Terapias para evitar morderse las uñas

Terapias para evitar morderse las uñas. Nuevas terapias.

 

Su nombre es onicofagia, en la práctica no es otra cosa que la extendida y desagradable costumbre de morderse las uñas. Está muy extendida, pues se asegura que una de cada cuatro personas lo hace. Veamos algunas de las terapias para dejar de morderse las uñas.

No sólo es maleducado estar mordiéndose las uñas, además es muy poco higiénico – nuestras manos son vectores de los más variados gérmenes patógenos, y al llevarlas todo el tiempo a la boca nos exponemos a ellos. Por no mencionar que estéticamente, es realmente horrible ver una mano con las uñas mordisqueadas, y no poder lucir de ninguna forma una manicura.

Cabe señalar el dato de que la onicofagia lejos está de ser patrimonio de las mujeres: de hecho el 29% de los hombres tiene este hábito contra el 21% de las mujeres. Los jóvenes son los más afectados, pues el 42% de quienes lo hacen están entre los 21 y los 25 años.

La onicofagia consiste en el trastorno del control de los impulsos, dentro del grupo de los movimientos repetitivos sobre el cuerpo. Tiene un componente de inconsciente y ritual, y la terapia debe abordar dos vías: por una parte creando aversión a la tendencia a morderse las uñas y, por otra, premiando el esfuerzo cuando se consiga evitarlo.

En casos moderados a severos, la onicofagia se puede abordar desde la psicología – máxime si se tiene en cuenta que se relaciona con el estrés –. Es que suele tratarse de una conducta para reducir la ansiedad.

La terapia conductual pone el foco en tomar conciencia y darse cuenta de las consecuencias negativas que conlleva hacerlo: padrastros, heridas, infecciones en dedos y labios, alteración en la posición de los dientes, desgaste de los incisivos, pudor por el mal aspecto de los dedos, entre otros. Se debe identificar las situaciones que llevan a morderse las uñas, y encontrar otra forma de hacer una descarga de tensión o bien una forma de inhibirla, como guardarse las manos en los bolsillos, llevar una pelota de goma en el bolso para apretarla, entre otras cosas. El paciente además debe regalarse un halago y una felicitación cada vez que logre evadir su compulsión a morderse las uñas.

La terapia de aversión o rechazo consiste en aplicar una sustancia amarga en las uñas para que genere un reflejo desagradable en la boca, que lleva a abandonar el hábito. Existen en el mercado varios productos de este tipo, en formato de lacas para uñas o rotuladores para aplicar sobre ellas. Se debe utilizar durante unas tres semanas, en forma permanente.

La tecnología también ayuda a combatir estos hábitos, existen apps para celulares que ayudan a llevar el plan para dejar de comerse las uñas, con consejos útiles y prácticos sobre cómo dejar de morderse las uñas, registro de los días que han pasado desde que se dejó el hábito, y recordatorios para aplicar el producto amargo.

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