“La venganza será terrible” es un programa radial creado y conducido por el multifacético escritor y músico Alejandro Dolina. Este es el más escuchado de las noches en todo el país, lleva más de veinticinco años de duración, en los cuales creó un estilo inconfundible y cambió por completo la forma de hacer radio.
Si bien el formato con el que se lo conoce parte mayormente de su encarnación a partir de 1993, su creador considera que la estructura básica del mismo se originó con su programa de 1985 “Demasiado tarde para lágrimas”. Actualmente se transmite de lunes a viernes a la medianoche por la estación AM Radio Del Plata, con repetidoras FM en todas las provincias.
Durante su largo andar, La venganza (como suelen llamarla los fanáticos del programa) ha recibido una gran cantidad -tal vez incontable- de premios y se ha convertido en un hito en la radiofonía argentina, rompiendo con todas las reglas de cómo hacer un producto radial en vivo, simultáneamente reinventándolas.
Si bien no existen muchos imitadores del estilo que supo patentar, principalmente debido a los elementos requeridos para realizar las transmisiones diarias, ningún miembro del mundo del espectáculo o el espectro de la radio puede negar la influencia que el programa ha tenido a través de los años.
“La venganza…” se presenta a sí mismo como una atrapante mezcla de humor y reflexión, y siempre se realiza en vivo y con la presencia de público.Si bien algunos críticos y fans del programa señalan que la mayoría de los que atienden al espectáculo en directo suelen encontrarse entre los 20 y 50 años (y cuya buena parte estaría formada por estudiantes, profesionales o gente vinculada con el ámbito académico y de la enseñanza), lo cierto es que la creación de Dolina posee una universalidad y espíritu lúdico que le permiten abarcar a un número de oyentes inmenso, generalmente sin grandes distinciones de edad o clase.
Durante la primera parte, a partir de una anécdota cualquiera se diserta libremente sobre cuestiones de la vida cotidiana y se leen los mensajes de los oyentes. Luego de esto aparece el tema central de la emisión diaria, enfocado en temas y hechos históricos, mitológicos, científicos o artísticos, y que lecciones se pueden tomar de su conocimiento.
Este es uno de los momentos más esperados por el público y uno de los más celebrados como la base de la estructura del programa. En el último segmento se ridiculiza o parodia algún artículo de revistas (Dolina finge leer una “revista femenina”) que da el pie para que todos los integrantes den rienda suelta a su capacidad de hacer reír, creando secuencias de un muy divertido espíritu surrealista.
Hacia el final Dolina y el llamado Trío Sin Nombre (Alejandro Dolina [hijo], Manuel Moreira y Martín Dolina) interpretan canciones de variados estilos a pedido de quienes escribieron a la producción.
Los columnistas que acompañan siempre a Dolina cubren las labores de actores y músicos, secundando cada una de las ocurrencias de este en los momentos teatralizados o los musicales, comandados por elclásico personaje ficticio ElSordo Gancé, el cual fue creado por Dolinaen la década del ‘70.
En todos estos años de transmisión el elenco regular ha ido variando, pasando del psicólogo Gabriel Rolón a Patricio Barton como mano derecha, locutor anunciante y “voz de la razón” durante los deliberadamente alocados diálogos que se suscitan todas las noches con el conductor. También participan regularmente el músico y conductor de radio Gillespi y el escritor y conductor de TV Jorge Dorio.
“La venganza será terrible” es un programa hecho posibilidad y viceversa; apela a lo mejor de la radio y la convierte en una mezcla de teatro improvisado, música y filosofía, condimentada con humor, erudición, divulgación científica/cultural y certeros comentarios. Hasta las más mínimas charlas se convierten en la oportunidad de hablar sobre asuntos importantes o sumergirse en alegres divagues y carcajadas.
Esta es la esencia de un programa que con justicia se ha impuesto en las noches argentinas y ha dado innumerables emociones y genialidades. Así buscó que fuera, en los comienzos del mismo, Alejandro Dolina, y acertó, acierta y seguirá acertando por mucho tiempo más.
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