Leche vacuna: un mito sostenido por grandes corporaciones. Perjuicios para la salud

efectos perjudiciales de la leche

Desde que tenemos memoria, nuestras familias han consumido leche vacuna. Este alimento ha sido un estandarte de la buena alimentación. Nuestra cultura lo ha aceptado sin más análisis, otorgándole el rango de imprescindible para la nutrición.

Sin embargo, desde hace ya décadas, existen estudios médicos, bioquímicos y experimentales, que desmienten las supuestas virtudes del consumo de este producto animal.

En diferentes investigaciones, quedó al descubierto una larga lista de efectos perjudiciales para la salud humana. Entre los resultados de estos estudios, quedaron definidos los siguientes aspectos:

1- Aunque asociemos la leche con la ingesta de calcio, debemos saber que la leche contiene una proteína llamada caseína, la cual, justamente impide la absorción del calcio. Estas proteínas animales, son acidificantes del PH sanguíneo, por lo que el cuerpo reacciona utilizando las reservas de calcio para equilibrarlo. La caseína no puede ser digerida por su alto contenido en proteínas animales, se adhiere al intestino delgado, produciendo deficiencias inmunológicas, asma y alergias.

2- Además, se necesita la vitamina D para fijar o asentar el calcio donde lo necesitamos, y la leche no posee esta vitamina (podría utilizarse semillas o harina de sésamo, el cual contiene 120 veces más de calcio que la leche y suficiente vitamina D para su fijación)

3- Al consumir leche vacuna, ingerimos también la altísima cantidad de antibióticos que los granjeros inyectan en sus vacas para prevenir enfermedades por hacinamiento. Esto hace que las bacterias se vuelvan resistentes, por lo que también las integramos directamente a nuestro sistema digestivo.

4- El 70% de la población mundial es intolerante a la lactosa, los azúcares presentes en la leche y sus derivados. Hasta los 2 o 3 años solamente poseemos la enzima lactaza, que nos permite digerir la lactosa, después ésta va desapareciendo y ya no somos capaces de digerirla, por lo que se acumula en las paredes del intestino, fermentando y produciendo gases, cólicos, diarrea, etc. la lactosa y la caseína son “pegamentos” que se adhieren al intestino formando costras e impidiendo la normal asimilación de nutrientes.

5- Para aumentar la producción de leche, se inyecta a la vaca una proteína, rBGH, la cual aumenta los niveles de otra proteína, la IGF-1, factor de crecimiento insulínico, esta puede inducir al cáncer de ovarios, próstata y mamas, además de producir una pubertad precoz en las niñas y disminución de esperma en los varones.

6- Contiene peligrosos niveles de dioxina, un potente cancerígeno.

7- Los niños discapacitados por autismo, Síndrome de Down, problemas neurológicos y de aprendizaje, son más vulnerables a las tóxicas proteínas de la leche.

8- Se ha asociado el consumo de leche de vaca al Síndrome de Muerte Súbita, carencia de zinc.

9- Un vaso de leche equivale a 35mg de colesterol, tal como 12 piezas de tocino, contiene grandes cantidades de grasa animal aún en sus versiones descremada y light.

Los países que no consumen leche, como China, poseen menor incidencia de cáncer y enfermedades crónicas, caries, osteoporosis, alergias, asma, diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas y respiratorias.

Lamentablemente, las empresas productoras de lácteos no permiten que la población acceda a esta información, por obvias razones. Sin embargo, actualmente, se está filtrando este tipo de investigación, desmintiendo las bondades de los productos lácteos. Si se recurre al sentido común, ningún animal toma la leche de otro, naturalmente, para nutrirse, y dentro de la misma especie, los cachorros, becerros y demás crías, dejan de tomar la leche materna en poco tiempo y nunca vuelven a consumirla.

El ser humano es el único mamífero que consume leche de otras especies animales durante toda su vida.

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