Tratamiento y prevención de callos

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Así como hemos hablado de los hongos en las uñas y de los juanetes, nos toca ver qué pasa con esos callos que tanto duelen y cómo poder prevenirlos y tratarlos puesto que son realmente muy molestos sobre todo a la hora de caminar algo que debemos hacer sí o sí, por ello como no se trata solo de una tema estético debemos cuidar de ellos.

Cuando tenemos callos, estos llegan siempre por motivos que tienen que ver con el mal uso de los zapatos o sandalias. Cuando los pies no están cómodos dentro del zapato, como los que tienen una punta muy estrecha por ejemplo, favorecen justamente que los callos aparezcan y allí comenzamos a notar que una cierta zona se torna más dura, se inflama y duele si la tocamos algo fuerte. Como si no los tratamos tardan en desaparecer, veamos qué medidas tomar al respecto.

Para acabar con estas durezas lo ideal es calentar agua pero no al extremo, simplemente debe estar tibia y colocarla en una palangana para poder dejar los pies sumergidos por espacio de media hora. De esta manera la piel se ha de ablandar y podemos, con la ayuda de una piedra pómez o un torno especial para este fin, ir limando y reduciendo su tamaño de manera muy cuidadosa porque duelen. Este procedimiento se debe llevar a cabo al menos una vez a la semana.

También se deben utilizar cremas que hidraten muy bien esas zonas afectadas por los callos y tratar de exfoliar muy bien los mismos para que así las células que ya están muertas desparezcan y se regenere la piel.

En caso de existir callos más grandes y muy duros y además dolorosos, se puede deformar el pie y aquí ya habrá que recurrir al médico para realizar algún tipo de extirpación. En tanto sea leves pueden usar productos, pero en casos graves eviten todo producto sin previa visita al médico. También pude acudir a un buen podólogo cada quince días quien tiene todos los tornos y antibióticos necesarios para ir eliminándolos.

Ahora bien, si son proclives a padecer de callos, hay que tratar de prevenir su aparición y para ello lo primero y fundamental es escoger un calzado bien cómodo aunque quizás no sea el que más nos guste. El material perfecto e ideal para los zapatos en este caso es el cuero siempre y cuando no sea muy duro.

Tampoco debe el pie rozar en ninguna parte del zapato porque con los días se formará un callo. Si ya tienen callos, cómprense calzados simples y de materiales bien suaves sin muchas costuras. Si usan medias, que no tengan puntera para que tampoco molesten y traten siempre  de que sean de lycra.

Y aunque no tengan callos siempre prevenir haciéndose baños de agua tibia e hidratando muy bien los pies quitando las durezas que se hayan formado. Piensen que los pies deben ser cuidados al igual que el rostro, las manos y todo el cuerpo. La piel es muy sensible y sufre mucho.

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