Está comprobado que el ejercicio físico favorece el rendimiento intelectual y el funcionamiento de nuestro cerebro. Pero también es evidente que nuestro cerebro necesita una preparación y un cuidado especial para enfrentar los distintos desafíos de la vida cotidiana.
En el caso del trabajo intelectual es necesario dotar al cerebro de energía para poder funcionar, es necesario que absorba los alimentos necesarios. El ejercicio físico no es la única forma de consumir calorías, el estudio es una actividad en la que el cerebro entra en acción y consume mucha cantidad de energía. En este caso el desgaste de reservas de glucógenos es alto.
Cómo preparar el cerebro para una dura jornada
Al momento de estudiar se desencadena en el cerebro una fuerte actividad neuronal. Es sabido que este órgano se mueve por impulsos eléctricos resultante de la unión de estas células que transmiten la información a través de los nervios. Durante el estudio muchas más células intervienen en la actividad, por lo que el consumo de energía por parte del cerebro es mayor.
En este sentido la alimentación es esencial, debemos adoptar alimentos saludables en épocas de estudio. Por ejemplo, se deben respetar todas las comidas e incorporar cereales integrales. Estos son una importante fuente de glucosa y además los hidratos de los cereales integrales son complejos y se liberan de forma lenta, de manera que se puede tener energía por más tiempo.
Una fuente de glucosa de rápida absorción es el chocolate, las barritas energéticas y los refrescos azucarados, sin embargo no se debe abusar de estos alimentos porque no resultan sanos para el organismo. En este sentido es preferible incorporar verduras, frutas y cereales a nuestra dieta.
En cuanto al ejercicio físico y los deportes de alto rendimiento, se ha comprobado que a través del entrenamiento las personas son capaces de adaptarse a situaciones de velocidad terribles. La capacidad de reacción de nuestro cerebro se ve alterada por muchos factores, la velocidad es uno de ellos. Esto es así porque cuando nos sometemos a una aceleración determinada, la sangre no va a la misma velocidad ni en la misma dirección que nuestro cuerpo. Por ejemplo cuando saltamos, la sangre se queda en los pies.
Los pilotos de Fórmula 1 experimentan esta situación de manera tal que a veces ven disminuida su visión, ya que la sangre no llega al cerebro de manera suficiente. Sin embargo, a través del entrenamiento sus cerebros se pueden acostumbrar y pueden revertir esta situación.
Por otro lado, es completamente cierto que el ejercicio físico reporta grandes beneficios para la salud mental y el funcionamiento del cerebro en general. Según los últimos estudios universitarios, ejercitarse regularmente es bueno para el humor, la memoria y el aprendizaje.
Se puede sintetizar en diez los beneficios para el bienestar psíquico de practicar deporte:
- Produce químicos de la felicidad: estos son las endorfinas
- Reduce el estrés
- Mejora la autoestima
- Favorece las relaciones sociales
- Alivia la ansiedad
- Previene el deterioro cognitivo
- Mejora la memoria
- Aumenta la capacidad cerebral
- Ayuda a ser más productivos
- Ayuda a controlar la adicción
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