Mirame con tu niño interior

Mirame con tu niño interior

Mirame con tu niño interior

Mirame con tu niño interior. Salud y bienestar

 

Sucede a menudo que al correr el tiempo se nos olvida esa alegría que nos caracterizaba cuando niños, tropezamos con muros que separan las generaciones en dos mundos, ajenos y desconectados entre si.

Y es allí cuando viene la niñez envuelta en el cuerpo de nuestros hijos a jaquear nuestra paciencia y a entorpecer esos valiosos espacios de tranquilidad, ¿es esto algo que te resulta familiar?

Lo mágico de estos momentos es que pueden transformarse, sin lugar a dudas, en lo que desees: un excelente tiempo compartido con tus niños que recordarás y quedará en la memoria de ellos; o bien en un factor de estrés de la vida cotidiana más. Si optas por lo primero continua leyendo.

Mi hijo como maestro

Aprendemos y desaprendemos a diario, tomamos referentes periodísticos, políticos; elegimos el medio por el cuál comunicarnos, evaluamos los modelos comunicacionales dentro y fuera del entorno familiar; en definitiva existen pequeñas y grandes decisiones que tomamos cada día.

Dentro de esta ida y vuelta se encuentra nuestra familia con su estilo particular de relación y comunicación. En las peculiaridades de cada una, se siembra el futuro adulto que crece viéndonos como el ejemplar más directo, e imitando mucho de nuestros rasgos y acciones. Los padres nos transformamos entonces en los primeros maestros del niño.

Veamos o imaginemos (cerrando los ojos si es necesario) esta situación al revés, pensemos por un instante en nosotros mismos sentados en el piso o en la alfombra de juegos dejándonos llevar, rememoremos el repertorio de nuestra infancia y reproduzcámosla junto a nuestros hijos, démosle, por unos minutos, la inigualable sensación que todo niño siente cuando llega ese grandioso momento en donde un “grande” se transforma en niño y actúa como tal.

Comparte con ellos el imaginar cosas donde no las hay, inventa castillos de cristal y escaleras infinitas que te conduzcan a lugares llenos de aventuras,  (observa, sin perder el camino por el que vas, la conexión que se va generando con ellos). Sigue imaginando y transforma las camas en autos de carreras y los respaldos en sus volantes, mientras que los motores de nuestra voz conducen al niño a momentos que nunca olvidarán… ¿y sabés a quién llevan en ese viaje hermoso, sin retorno, que se llama recuerdo? a papá y mamá jugando junto a él o ella.

Sabemos que la idea de maestro originariamente da cuenta de aquel que más sabe, directamente relacionada con la sabiduría, visto desde este punto es difícil imaginar cómo alguien con apenas unos pocos años, tambaleante, juguetón o travieso pueda enseñarnos de qué se trata esto tan maravilloso que se llama vivir, pero es sencillo aprender, sólo hay que -como en toda disciplina- saber interpretar al comunicador.

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