El juego en la Tercera edad ¿Quieres jugar conmigo?

El juego en la Tercera edad

El juego en la Tercera edad ¿Quieres jugar conmigo?

El juego en la Tercera edad. Salud y familia.

 

Hoy vamos a centrarnos en todos aquellos aspectos de esta etapa de la vida en los que rara vez se detienen los especialistas, como yo no soy uno de ellos, me propongo invitarlos a «jugar», especialmente si cruzaste la barrera de los 60.

¿Escuchaste hablar alguna vez de que nuestro ser interior no se modifica como nuestro aspecto exterior con el paso del tiempo?Claro que es frecuente escuchar a la gente decir que lo importante es lo que llevamos dentro, que nuestro cuerpo es solo la ropa del alma, que lo esencial es invisible a los ojos, etc. Pero ¿cuántos de nosotros, pasada la mediana edad, podemos hacer propias estas palabras?

Existe una realidad social, aveces triste, que divide la esfera de lo que se considera activo socialmente y lo que no. Comienzan así las personas a valorarse a si mismas, tomando como referencia estos datos que arrojamos y que forman parte de nuestro sistema cultural. El ciclo vital que nos atraviesa está constituido por la niñez, la adolescencia, la adultez y la vejez, básicamente de eso se trata el período evolutivo desde lo que se describe comúnmente, junto a esta descripción se suponen conductas, actividades y emociones que caracterizan a cada ciclo.

Cuando llega ese largo tiempo de vacaciones llamado jubilación, la autorreflexión empezar a mirar hacia adentro y recordar nostálgicamente todo lo vivido constituyen lo que ahora es nuestro diario vivir. Esto no es solo parte de lo que trae aparejada esta etapa, sino que también es lo que nos enseñaron a sentir, lo que vemos hoy de nosotros es lo que veíamos antes en nuestros abuelos, por ejemplo.

Como en todo momento importante las decisiones que tomemos acerca de cómo pararnos frente a esta nueva realidad va a determinar el estilo de vida que elijamos.

¿Jugar a qué? ¿Jugar con quién? Se trata de una tarea en donde vamos a recuperar el pasado en hechos, esto requiere de mucha voluntad y, sobre todo, de un sentido de aventura que si no lo tenemos o lo hemos dejado a un lado con el tiempo, debemos recuperarlo. Sabemos que allá en el otro extremo de nuestra vida hemos también aprendido de qué se trata de ser un niño y esto no solo forma parte de tus recuerdos, sino que es la base que hoy te sostiene y que está con vos.

Pensá en un anécdota graciosa que nunca hayas olvidado, no importa si no la tenías en mente hace tiempo, lo primordial es traerla ahora a tu vida, observa si sigue produciendo en vos lo mismo que antes, utilizá la facilidad para rememorar hechos y traelos a la actualidad, pero no traigas solo el recuerdo, traé algo más que eso. Llamá, localizá, comunicate con las personas que compartieron junto a vos esos instantes que te hacían reír, que eran motivo de alegría.

Experimenta reírte con otros, compartí juegos nuevamente, busca una canción alegre que te hacía bailar y hacelo, si de algún modo esto te incomoda, al principio practícalo a solas pero, de a poco, suma gente a tu entorno  y transformá tu vida. ¿Tenés algo que perder al intentarlo?

Los recuerdos son hermosos y nos esforzamos por conservarlos porque forman parte del tesoro que guarda nuestra memoria, pero también es cierto que comienza una nueva vida y que hay más recuerdos que generar y para eso necesitás reír, soñar, proyectar, crear, volver a esas actividades que ocupaban tu vida antes de trabajar, casarte, de ser padre o madre.

No solo nuestra mente hospeda memoria. Si creabas con tus manos, tocabas algún instrumento, pintabas, escribías, eras artesano, tejías, jugabas al fútbol, eras hábil con las cartas y los juegos, etc. o si simplemente tuviste un sueño que has postergado por falta de tiempos,»ahora» es cuando la vida te da esa oportunidad.

Vos decidís con quien compartir esta aventura o, mejor aún, este nueva manera de ver la vida, con tus ojos puesto en lo que podés generar «hoy» y mirando hacia delante, porque el pasado nunca te abandonará, es parte de vos ¡Adueñate de tu presente!

 

Sea el primero en comentar

Deje un comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*