A la hora de hacer dieta para perder peso, el desafío mayor no suele estar en adelgazar los kilos de más, sino en mantener el peso logrado, una prueba que pocas personas superan a través del tiempo. La motivación ayuda a sostener el régimen alimentario hasta llegar al peso ideal, pero luego se hace difícil mantener la constancia en buenos hábitos de alimentación y ejercicios como para sostener ese peso deseado. El famoso efecto rebote hace que los kilos perdidos regresen más rápido de lo que se fueron.
Lo ideal es siempre contar con el seguimiento de un especialista en nutrición a la hora de perder peso, que dará las indicaciones para continuar incorporando en los hábitos de alimentación, esa es la mejor forma de evitar el indeseado efecto. Hay que comprender que las indicaciones para la fase de mantenimiento no son temporarias, sino que deben entenderse como hábitos de vida que se deben sostener. Si se sigue comiendo mal, rápidamente recuperarás el peso perdido.
Es importante comer cada tres a cuatro horas, entendiendo que el organismo pasado ese tiempo entra en una fase ahorrativa y guarda más calorías, pues lo interpreta como un ayuno. Por el mismo motivo, no es recomendable seguir dietas demasiado restrictivas, pues el organismo se adapta a la carencia nutricional y por ello cada vez que se ingiere alimentos, se acumula más calorías. Colaciones saludables cada tres horas evitan el efecto ayuno: un yogur, una barra de cereales, una fruta, un puñado de frutos secos.
Las legumbres son muy sanas, incorporan muchas proteínas al cuerpo, con pocas calorías. Ayudan a construir músculos y son muy saciantes.
Por esto también es importante respetar los horarios de las comidas, procurando que la cena sea temprano, liviana y siempre a la misma hora. Esto ayuda a comer alimentos indebidos a deshora y se evita acumular calorías.
La actividad física es indispensable para mantener peso, quemando las calorías extra que se puedan ingerir, modelando el cuerpo y además, haciendo que los músculos bien entrenados quemen más calorías aún en reposo.
Atención a los altos contenidos de azúcar y sal de muchos alimentos que parecen “inocentes” como el pan de molde, la sopa instantánea, leche de soja, conservas, snacks, embutidos y fiambres. Aprende a leer las etiquetas y siempre que puedas compra alimentos orgánicos.
Un último consejo es elegir toda vez que sea posible alimentos saludables como frutas y verduras, cereales integrales, lácteos descremados, legumbres y además, es importante mantener una adecuada hidratación bebiendo cantidades apropiadas de agua.
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