¿Es preciso regalarles juegos bélicos a los niños?

Lo cierto es que regalarle a un niño un juego bélico no representa una tarea digna de recomendar  a nadie. En definitiva, se pueden hacer regalos un tanto más constructivos e interesantes en función de la buena crianza de los más pequeños. En el presente artículo, compartimos algunas precisiones que sintetizan el por qué resulta negativo obsequiarles a los más pequeños juguetes denominados bélicos.

Los verdaderos peligros de un juguete bélico no se encuentran inscritos en el dispositivo mismo; lo cierto es que el perjuicio que implica este tipo de obsequios están dados por la significación que el niño les imprime.  Un juguete bélico, desde luego que no es un buen regalo para un chico que está dando sus primeros pasos en la vida.

De un tiempo a esta parte, el juguete bélico ha comenzado a ser rechazado por un cúmulo no menor de pedagogos que trabajan la temática. La importancia de este tipo de profesionales en relación al fortalecimiento de los buenos hábitos en la infancia de los chicos, ha sido trascendental, incluso logrando que los propios fabricantes desestimen la producción en serie de enormes cantidades de juguetes bélicos.  Lo cierto es que al haberlos eliminado de sus catálogos, muchas empresas están colaborando a que se produzca una buena crianza en los más pequeños, desestimando la utilización de juguetes bélicos en momentos de esparcimiento.

Vale decir también que no son sólo los juguetes bélicos aquellos que deben ser dejados de lado si lo que queremos es fortalecer los buenos vínculos desde que los chicos están en proceso de crianza. Al mismo tiempo, existen muchas prácticas, que se suceden en innumerables deportes, tendientes a empobrecer las relaciones interpersonales entre los niños.

Las reglas de determinados juegos, el lenguaje que utilizan y las prácticas que proponen, son también peligrosas y deben ser desestimadas por quienes controlan a los más pequeños en su edad de crecimiento. Por todo ello, vale reconocer que muchas representaciones en apariencia lúdicas, esconden en su interior y de manera imperceptible, determinadas actitudes que resultan nocivas para la buena crianza de los chicos.

De esta manera, estamos en condiciones de sostener que existen determinados riesgos en la crianza de los niños si conviven no sólo en compañía de juguetes bélicos sino reconociendo prácticas nociva para su buen comportamiento en relación al entorno. Para que eso no suceda, deben ser los tutores de los más pequeños quienes breguen por su  buen aprendizaje y los contacten con dispositivos lúdicos o prácticas que resultan más saludables.

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