Niños autistas con amplias capacidades gramaticales

A partir de un nuevo estudio realizado por la Universidad de Georgetown, se comprobó que los niños  con autismo de alto funcionamiento son más fuertes en una habilidad gramatical en particular, que aquellos que no sufren de autismo.

El estudio, de tamaño reducido, comparó a veinte niños de 7 a  13 años de edad que tenían autismo con veinticinco niños que no presentaban dicha enfermedad. Lo que pudieron comprobar los investigadores, a partir de este estudio, fue que quienes tenían autismo conjugaban el tiempo pasado de los verbos regulares del idioma inglés, con mayor rapidez que los demás.

Los niños autistas conjugaron más rápidamente los tiempos pasados regulares, que en inglés finalizan en –ed, como “walk” (caminar) y “walked”. Por el contrario, no demostraron mayor fluidez en la conjugación en pasado de verbos irregulares como “sing” (cantar) y “sang”.

Según los autores de este estudio, el hallazgo les hace reflexionar acerca de si algunos niños con autismo podrían mostrar otras competencias relacionadas y no reconocidas hasta ahora. El presente estudio corroboró que el procesamiento de los pasados regulares, refleja unas capacidades gramaticales críticas para comprender y producir las oraciones. En cambio, las formas irregulares de los verbos  se almacenan en nuestro diccionario mental con otras palabras que no intervienen indefectiblemente en la construcción de oraciones.

De esta manera, los resultados sugieren  que los niños con autismo de alto funcionamiento, podrían mostrar un procesamiento acelerado de la gramática. Esas capacidades gramaticales parecen depender del sistema de memoria procedimental, aquella que utilizamos para aprender y realizar habilidades cognitivas y motoras, como jugar videojuegos o conducir.

Resta comprobar si la mayor velocidad que se pudo observar en el procesamiento de los pasados regulares en los niños con autismo de alto funcionamiento, afecta a otros aspectos de la memoria procedimental. Para los científicos de la Universidad de Georgetown, los resultados de este estudio significan una gran esperanza para el tratamiento del autismo.

Cabe señalar que se denomina trastorno del espectro autista (ASD) a una gama de trastornos complejos del neurodesarrollo, caracterizado por impedimentos sociales, dificultades en la comunicación y patrones de conducta estereotípicos, restringidos y repetitivos. Dentro del trastorno autista existen diversas formas desde el autismo clásico, que es la forma más grave de la enfermedad, a otras más leves como el síndrome de Asperger, una rara afección llamada síndrome de Rett, el trastorno de desintegración infantil y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado. El autismo se produce en todos los grupos étnicos y  socioeconómicos, y afecta a todos los grupos etarios. Sin embargo, los varones tienen cuatro veces más probabilidades de tener ASD que las mujeres.

La principal características de los niños con ASD es la interacción social deficiente. Ya desde la primera infancia, un bebé podría mostrar ciertas características de autismo, como por ejemplo mostrarse indiferente a las personas, o enfocarse intensamente  en un objeto durante largos períodos de tiempo, dejando de prestar atención a lo que lo rodea. También es posible que los niños autistas no respondan a sus nombres y eviten cualquier tipo de contacto visual con sus interlocutores.

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