Falsos mitos de los antioxidantes

Son la estrella de cualquier dieta integral, de esas que prometen perder o mantener peso, mejorar la salud y además, tienen un efecto antiage. Los antioxidantes deben estar presentes en cualquier alimentación saludable, sus múltiples sus efectos benéficos en la salud, sin embargo a su alrededor se han tejido muchos mitos que vamos a desterrar.

Se suele creer que a partir de cierta edad, es necesario tomar suplementos con antioxidantes. Pero una alimentación balanceada, hace que no sea necesario incorporarlos en forma de suplemento. Los antioxidantes solo se prescriben en situaciones carenciales y cuando no se puede acceder a la fuente natural de la vitamina. De lo contrario, incorporar frutas, verduras, y otros alimentos es la forma más adecuada de sumar antioxidantes.

Se piensa que el aporte de antioxidantes de la alimentación es siempre insuficiente, pero lo cierto es que si se tiene el hábito de consumirlos a diario, es posible prescindir de los suplementos vitamínicos, además son apurados a madurar en cámara. Pero hay que tener en cuenta que las frutas y verduras demasiado industrializadas, provienen de suelos que ya no logran aportar los mismos minerales. Así, los cultivos orgánicos son mucho más ricos en antioxidantes, y se los debe preferir toda vez que sea posible.

Hay quienes suponen que únicamente aquellas frutas o verduras de color naranja contienen antioxidantes, pero la realidad es que están presentes en todas ellas. La variedad de colores asegura la variedad de nutrientes: verde, rojo, morado, amarillo, y también el chocolate, el vino, especias como el orégano o la cúrcuma, entre otros.
Se suele hacer mucho hincapié sobre el efecto antiage de los antioxidantes.

Es cierto que son una de las herramientas que tenemos a nuestra disposición para frenar el avance de los radicales libres, causantes de los procesos de envejecimiento y de diferentes dolencias. Los antioxidantes, en verdad son efectivos,  pero se recomienda tomarlos junto al alimento que los contiene para que puedan absorberse correctamente.

Por todo esto, los suplementos con antioxidantes no deben tomarse sin seguimiento médico. Existe evidencia científica de que tomar demasiados antioxidantes puede ser perjudicial para la salud, en especial cuando la persona no lo necesita. Un buen ejemplo son los betacarotenos, que suelen tomarse como suplementos para bronceado de la piel. Si se los toma todo el año, sin descanso, pasan a ser pro-oxidantes en lugar de antioxidantes. La “sanísima” vitamina C, estrella de muchos tratamientos antiedad, que protege del daño solar y previene las manchas, en altas dosis puede lesionar el riñón. Es necesario tomar en dosis adecuadas y con indicación médica.

Ciertos antioxidantes usados en dosis excesivas, durante un intervalo de tiempo prolongado o en una mala combinación con medicamentos u otros antioxidantes, pueden resultar nocivos para la salud.

Incluso, en dosis elevadas pueden tener un efecto cancerígeno. Un consumo excesivo de antioxidantes puede acelerar el crecimiento de tumores en estadios iniciales, ya que ese consumo excesivo disminuye la concentración de una proteína, la P53, que tiene una actividad supresora del crecimiento tumoral.

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