Estudiar o trabajar, decisión de vida

Una de las primeras decisiones de la vida adulta se centra en el futuro, se trata de una decisión crucial, la de estudiar o trabajar. Sin lugar a dudas, es una decisión difícil y que no tiene una única respuesta correcta, pues depende de múltiples factores como así también de los objetivos personales.

Hasta hace algunas décadas, era motivo de orgullo trabajar y estudiar al mismo tiempo. Pero en la actualidad, tratar de combinar ambas cosas se hace muy difícil. El avance del conocimiento y la competitividad laboral hacen que seguir una carrera universitaria implique una cuota de dedicación muy importante, y aquellos que dediquen unas cuantas horas de su jornada a trabajar, pueden correr en desventaja. Dedicarse plenamente a los estudios – al menos hasta convertirse en un estudiante avanzado – sin lugar a dudas que es ventajoso y ayuda a un mejor desarrollo profesional.

 

Pero por otra parte, la experiencia laboral otorga una experticia invaluable, que es valorada por muchas empresas. Muchas personas han abandonado sus estudios y en cambio han construido sus carreras trabajando, logrando llegar a puestos de relevancia. Y trabajar además, otorga un plus en madurez emocional, la responsabilidad y la libertad de la independencia económica, y hace a la persona más eficiente en organizar sus tiempos.

Al mismo tiempo, muchos estudiantes deben trabajar por necesidad, es decir que en su caso no hay opción. Lo recomendable en estos casos es optar por carreras no tradicionales, que tengan una modalidad de cursado flexible, o directamente realizar capacitaciones de poca duración, y específicas en el desarrollo de determinada aptitud. En la actualidad, las exigencias del campo laboral como del académico, hacen sumamente complicado tener un trabajo de tiempo completo y seguir una carrera tradicional, y es en cambio más sensato buscar alternativas.

En definitiva, es un dilema difícil y lleno de aristas. No existe una solución sencilla, como anticipáramos. Pero las nuevas tecnologías facilitan un poco el panorama. Así, los alumnos pueden por un lado teletrabajar – con horarios flexibles y evitando la pérdida de tiempo de trasladarse hasta el trabajo y regresar.

De la misma manera, existe al día de hoy una oferta amplísima de cursos online, que permiten capacitarse desde casa o la oficina, conectándose a internet y una vez más, con flexibilidad de horarios, manejando los propios tiempos y enfocándose solamente en lo que se desea aprender. El e-learning abre las puertas del conocimiento a todo el mundo, incluso a aquellos estudiantes que necesitan o desean trabajar, o hasta tienen una familia a su cargo.

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