Abuelos enamorados = crisis familiar

El promedio de la población se sitúa entre los 18 y 50 años, el sector, laboralmente más activo, se encuentra entre los 25 y los 40 años. Pero qué ocurre con las personas mayores de 50 años?, parece que se encuentran en una porción con tendencia a la decadencia, en todos los aspectos, o al menos, eso suponen los más jóvenes.

Nada más alejado de la realidad, la experiencia, los aprendizajes y la resistencia de carácter que se adquiere luego del medio siglo, sorprenden a quienes saben observar. Sin embargo, es muy posible que la salud comience a decaer, dependiendo de la calidad de vida que se haya conseguido. Lo cierto es que nadie escapa al paso de los años, incluso las figuras famosas, que se esfuerzan por escapar del tiempo, utilizando todos los recursos a su alcance.

Debido a esto, la sociedad cuenta con la pasividad creciente de estas personas, cuando alguien ha pasado los 60 o 65 años, se espera que la persona se siente, descanse, vea televisión, realice algunas pequeñas tareas, y solamente se relacionen con los más allegados.

Pero cada vez más personas de la tercera edad, se resisten a ser anuladas socialmente, entonces se unen a grupos de viajes; se reúnen con viejos amigos y amigas; van a fiestas, en las que se hace honor a su música preferida y donde pueden conocer a otros navegantes del tiempo.

Hoy vemos ancianas y ancianos de más de 70 años,  chateando en Internet a través de páginas como: Post55, maduritos.com, Facebook,  Skype y muchas más, pero para sorpresa de muchos, no solo se conectan con sus familias a través de las redes, sino que se interesan por conocer gente nueva, con gustos y edades afines. Se los puede ver acordando reuniones, salidas, bingos y muchas otras actividades divertidas.

Nunca estará preparada la familia para descubrir que el adulto mayor, tiene una relación más que amistosa con alguien. Puede resultar en una crisis familiar que el abuelo presente una novia, o que un señor desconocido pase a buscar a la abuela para salir a cenar. Y cuánto más puede dejarlos boquiabiertos, que se enamoren y deseen convivir. La familia suele tomar el control casi total de la vida del adulto mayor, y de pronto, decide independizarse y recuperar su individualidad. Cómo no sorprenderse.

Las relaciones amorosas, no siempre deben implicar cierta funcionalidad biológica y cierta capacidad física, para desarrollar una actividad sexual, según lo que se considera normal. El afecto, la ternura, la compañía mutua, son una forma de relacionarse y amarse, propias de la tercera edad.

El ser humano está vivo hasta el justo momento en que muere, por lo tanto, mientras haya vida, puede haber ilusión, amor, ganas de compartir y reír. Amar es un derecho que nos da la vida, y jamás dejamos de encontrar oportunidades para ser felices, si estamos atentos y abiertos.

Respete a sus mayores, déjeles su espacio personal, estimule sus actividades, confíe en su experiencia. Acepte que el milagro del amor, no tiene fecha de vencimiento.

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