En entregas anteriores, vimos como las abejas elaboran la miel y cuales son algunas de las características y propiedades que ésta tiene, por lo que ello alentó a revisitar esas hexagonales colmenas para profundizar más sobre lo que ahí se encuentra, esta vez las protagonistas serán las tres variantes de abejas, que se pueden encontrar en una colmena productora de miel. La colmena de abejas, refiriéndonos a las de tipo melífera, están compuestas de tres diferentes variantes, conocidas como castas, habiendo dos clases de hembras y una clase de macho:
Zángano
El Zángano es el resultado de la puesta de un huevo que no ha sido fecundado, a este suceso se le conoce como partenogénesis. Como macho de la colmena, es el encargado de fecundar a la abeja reina durante un vuelo que ésta emprende, denominado vuelo nupcial, en la que los Zánganos persiguen a la reina para alcanzarla y fecundarla, llegando a ella aquellos machos más fuertes y rápidos. El acople entre Zángano y reina es conocido como cúpula, algo así como el coito durante una relación sexual en los mamíferos.
Lo curioso de la cúpula, es que tras ella el Zángano culmina su ciclo vital, ya que su aparato reproductor se desprende, provocándole la muerte, pero dejando su valioso semen en el interior de la abeja reina, quien posteriormente pondrá miles de huevos.
Su periodo de desarrollo a partir de la puesta del huevo, hasta su eclosión, es de 24 días, luego de su eclosión transcurren entre 12 y 24 días para que salga en busca de una reina a la cual fecundar, recuerde que solo puede fecundar a una, siendo la primera y última vez que lo hace. Si bien su final es carente de sentido, teniendo en cuenta cómo es la reproducción en otras especies, el Zángano es quien goza de mayor libertad y quien menos tareas tiene a cargo, es el vago de la colmena, porque no posee corbícula, lo que no interviene en la búsqueda y recolección de polen, carece de una larga lengua, lo cual no puede extraer néctar, además esto le imposibilita alimentarse, siendo las abejas obreras quienes lo hagan.
Tampoco se encarga del mantenimiento de la colmena ya que no producen cera para elaborarla o refaccionarla como las obreras lo hacen, y al no contar con un aguijón, no puede picar, es decir no tiene arma de defensa. Aunque se sabe que contribuyen a la distribución de alimento y a la propagación de calor en cuyas celdas se encuentren crias.
Una de las formas que las abejas tienen para comunicarse, es a través de diferentes olores, como todo lo anterior mencionado, en este caso el Zángano tampoco dispone de las glándulas que emiten olor, de esta forma las abejas obreras no lo pueden identificar, tanto como si es autóctono de la colmena o como si no lo es, esto le permite ir de colmena en colmena en busca de abejas reina, pero a su vez es una característica negativa, ya que al vagar en diferentes colmenas, se le considera al zángano un transmisor de enfermedades.
La diferencia principal del Zángano a nivel visual con respecto a las otras dos castas, son sus enormes ojos, su largo abdomen y su mayor proporción en tamaño. Por ello, durante su desarrollo en el interior del opérculo, cuenta con un modelado de celda diferente, en ésta se puede ver como sobresale de la superficie hexagonal.
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