¿Perder grasa y perder peso es lo mismo? La importancia de combinar dieta y ejercicio

La grasa es energía acumulada, y no está mal tenerla, está allí como parte del diseño de nuestro organismo y siempre la tendremos si queremos seguir vivos. Consumimos alimentos para vivir; parte de ellos son usados inmediatamente para pensar, respirar, etc. Lo que sobra de ellos se acumula en nuestras células grasas para más adelante.

Cuando llegamos a la adultez, el número de células grasas en nuestros cuerpos sigue siendo el mismo. Imaginemos que son bolsillos. Podemos llenarlos o vaciarlos, pero no podemos deshacernos de los bolsillos en sí. Las células siempre estarán allí, solo que podrán ser mas grandes o más pequeñas.

La grasa es esencialmente el combustible que usamos para seguir en actividad cuando más lo necesitamos. Pensemos en el cuerpo humano como una máquina que funciona a base de energía, utiliza la comida que consumimos y, cuando hay una escasez, recurre a las reservas de las micro-bóvedas (las células grasas). A medida que las convertimos en energía y las quemamos, lo único que queda es el subproducto: el dióxido de carbono, eliminado por la respiración. Para acelerar este proceso y hacer que nuestros cuerpos recurran a las reservas de grasa tenemos dos opciones: dieta y ejercicio.

 

1. Dieta

Hacer exclusivamente dieta privará al cuerpo de los recursos que necesita y lo obligará a recurrir a las células grasas para obtener energía. Perderemos peso rápido, pero hay una «contra»: también producirá un shock en nuestro sistema, y recuperaremos el peso perdido en la mitad del tiempo que nos llevó eliminarlo. Esto no es una posibilidad, está comprobado. Se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo para asegurarse su supervivencia en el caso de una futura hambruna.

La dieta puede, por si sola, dar resultados de pérdida de peso. Pero serán temporales, y nos obligará entonces a hallar luego otra dieta, y otra, y otra (porque eventualmente todas fracasarán y nos resultará cada vez mas difícil volver a comer algo tan simple como una lechuga).

 

2. Ejercicio

En un principio se suponía que el sobrepeso podía corregirse simplemente con dietas del estilo «perdida rápida de peso». Con el tiempo y la experiencia, se aprendió que para mantener un cuerpo sano y en forma (y no simplemente flaco) también es necesario el ejercicio. El ejercicio, al ser una actividad demandante, fuerza a nuestro cuerpo a recurrir a las reservas de energía. Y a diferencia de la dieta, no solo vacía las células grasas, sino que además genera musculo. Y el musculo pesa bastante.

En el pasado podíamos usar el término «pérdida de peso» porque todo lo que existía entonces (mayormente) eran las dietas. Ahora, con el ejercicio, debemos agregar el peso del musculo, por lo cual el número que vemos en la balanza ya no es un fiel indicador de nuestro progreso.

No es irrelevante el poder registrar pérdida de peso debido a una dieta, pero no debe ser nuestro único indicador. Podemos bajar 3 talles de pantalón y no ver ninguna diferencia en nuestro peso. Para medir nuestro avance si hacemos dieta y ejercicio a la vez, lo mejor es hacerlo con algunos métodos como sacar fotografías, y/o tomando nuestras medidas con cintas métricas. También existen balanzas especiales y dispositivos que pueden medir nuestro porcentaje de grasa corporal, dando indicadores más precisos de nuestro progreso que la balanza.

 

3. La Combinación Ganadora

Con el ejercicio es fácil caer en una falsa sensación de seguridad. Pero si comemos de manera desbordada antes, durante o después de la sesión de entrenamiento, dándole al cuerpo el combustible que necesita, éste no recurrirá a sus reservas de grasa. Debe haber un déficit de las energías más inmediatas para que el cuerpo recurra a las almacenadas.

La Combinación Ganadora
La Combinación Ganadora

La combinación de dieta y ejercicio es sin dudas la ganadora. Se trata de ingerir un poco menos de «combustible» que antes y demandarle al cuerpo un poco más. Haciendo esto con constancia y continuidad da el balance perfecto, y si bien el progreso será lento, será seguro, y mejor aún, será permanente.

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