Cómo elegir un telescopio para principiantes

Cómo elegir un telescopio para principiantes

Cómo elegir un telescopio para principiantes

Cómo elegir un telescopio para principiantes. Ciencia y hobbies.

 

A la hora de elegir un telescopio, hay algunas consideraciones básicas a tener en cuenta de modo de asegurarnos una grata experiencia en vez de frustrar nuestras primeras ilusiones sobre la observación del cielo. Existe una enorme variedad en la oferta, la regla general es muy sencilla; Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, es muy probable que lo sea. Pero elaboremos un poco más esta idea.

Si está a punto de comprar un telescopio para un niño, a modo de regalo, no es necesario que sea de los más caros. Carece de sentido realizar una inversión fuerte para algo que podría o no ser aprovechado, dependiendo del entusiasmo del niño por la astronomía y la curiosidad que el nuevo instrumento despierte en él. De todos modos, si el telescopio parece ser demasiado barato, es muy probable que se trate de un mero juguete y que carezca de valor astronómico alguno.

Por este motivo es que si no se cuenta con dinero para un telescopio entry-level, siempre es buena idea optar por un par de binoculares de calidad aceptable. Ofrecen mayor campo de visión y, en caso de poco interés por la astronomía o de querer usarlos de día, también ofrecen otra amplia gama de posibilidades prácticas como el avistaje de aves, recitales, deportes…

¿Qué puedo esperar ver con un telescopio entry-level?

Lo más importante para no desilusionarse, es conocer que las estrellas están a distancias tan enormes de nuestro planeta que no importa cuán poderoso sea nuestro telescopio ubicado en la superficie de la tierra, siempre las apreciaremos como un pequeño punto blanco. Debe considerarse que las impresionantes fotografías que observamos en películas o documentales además de imágenes en internet, fueron tomadas con telescopios astronómicamente (nunca mejor aplicado) costosos que están ubicados fuera de la atmósfera terrestre, en órbita. Esto les permite capturar un espectro de radiaciones mucho mayor que el que nuestra atmósfera permite ingresar, ¡por suerte para nuestra salud!

Dicho esto, para nada significa que no haya imágenes ciertamente espectaculares para capturar desde la superficie de la tierra con instrumentos modestos. De hecho, los astrónomos aficionados jamás se cansan de observar, en gran medida por la belleza de las imágenes y la ciencia implícita en cada observación.

Algo que sí podremos distinguir debido a que la distancia lo permite, son los planetas del sistema solar. Fantásticas imágenes de Saturno son visibles con facilidad, así como Júpiter y las lunas que divisó Galileo Galilei en su momento. Y por supuesto, el primer objetivo de todo astrónomo principiante: La luna, ese satélite nuestro al que estamos tan acostumbrados de ver que ya no prestamos atención, pero que nos sorprenderá gratamente cuando la apreciemos con un telescopio.

Más allá de planetas y satélites naturales, podremos divisar enormes cúmulos de estrellas, nebulosas y formaciones de gas, materia prima de las estrellas, iluminadas por la luz de ellas o si tenemos suerte de alguna súper nova. Esta gran oleada de nueva información, suele tener el sano efecto secundario de fundar en nosotros una enorme curiosidad que nos llevará a leer mucho y aprender mucho también.

 

  • Conociendo al telescopio: Sus partes

Los principales componentes que componen un telescopio son pocos y conviene su conocimiento para empezar a saber de qué se habla cuando se habla de ellos.

– El tubo óptico: Es la pieza más grande y evidente del telescopio. Sostiene los elementos ópticos en su interior, generalmente una combinación de lentes, espejos y a veces prismas. También sirve de soporte para el finder o buscador.

– El finder o buscador: Muchos, sino todos los telescopios para uso hogareño, incluyen una especie de pequeña réplica de sí mismos atornillada a su tubo óptico principal.

En realidad se trata de una pieza independiente, similar a un monocular pero con mucho menos aumento que el telescopio y en consecuencia mucho mayor campo de visión. Con él, se puede localizar con facilidad el objetivo al cual queremos apuntar en determinado momento, de otro modo podríamos estar horas buscando a través del telescopio principal sin éxito. Una vez apuntado el buscador, si está bien calibrado, el telescopio estará apuntando exactamente al mismo objetivo.

– Otras piezas con las que se familiarizará uno a medida que incursione en el tema son el porta ocular, los oculares, los frenos, la montura y por supuesto el trípode. No conviene hacerse un gran desorden mental con todas estas partes desde el comienzo, se notará su necesidad en cada caso a medida que se observen diferentes modelos de telescopios.

¿Qué tipo de telescopio es mejor?

Definitivamente no existe el telescopio perfecto, pero como es de esperarse, a lo largo de los años sus diseños y técnicas de construcción han ido evolucionando. A pesar de esto, la esencia del viejo telescopio de Galileo Galilei sigue intacta.

 

Tipos de telescopios

A grandes rasgos, cada tipo de telescopio tiene sus ventajas;

– Telescopio refractor: Permiten observar imágenes muy estables con facilidad.

– Telescopio reflector: Permiten el ingreso de mayor cantidad de luz, consiguiendo imágenes muy iluminadas y permitiendo la visualización de objetos tenues del denominado espacio profundo. También son ideales para la astro-fotografía, por su mayor caudal de luz. Además, suelen ser más sencillos de transportar por su menor tamaño.

– Telescopio catadióptrico: Este diseño combina las ventajas de los dos anteriores por lo que es lo más cercano al diseño perfecto. Como el lector podrá adivinar; Es mucho más caro.

En síntesis, ¿Cuál debo comprar?

Eso dependerá entonces, del presupuesto con el que se cuente y el nivel de determinación o incertidumbre que tenga el destinatario del instrumento por la astronomía.

Si se trata de un regalo para un niño o bien de una persona principiante que quiere experimentar por curiosidad, entonces ir a por un telescopio refractor de no menos de 80mm de objetivo.

Si se trata de una persona con decidido interés por la astronomía o bien si se quiere comenzar con un instrumento verdaderamente bueno, tarde o temprano querrá tener un telescopio reflector de no menos de 114mm de objetivo.

Y por último si el presupuesto sencillamente no es un problema, el telescopio catadióptrico dará horas de asombro y gratos avistajes estelares.

Como nota final, existen diferentes tipos de monturas y sus ventajas técnicas y prácticas exceden las competencias de este artículo introductorio, pero aquellas personas que quieren avanzar sobre la astronomía y aún no tienen un telescopio, no deberían dejar de investigar acerca de ellas antes de tomar la decisión. A saber, las monturas más comunes son la Azimutal, la Ecuatorial y la computarizada. Nuevamente, como el lector sabrá anticipar, la última es mucho más costosa.

1 comentario en Cómo elegir un telescopio para principiantes

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