¿Por qué el hombre no puede llegar a Marte?

¿Por qué el hombre no puede llegar a Marte? En la actualidad hay una iniciativa privada que pretende enviar a un grupo de personas a colonizar el planeta, sin embargo, algunos escépticos han puesto de manifiesto una serie de dudas sobre la viabilidad tecnológica y económica del proyecto.

Una misión tripulada al planeta rojo entraña diversas dificultades que las agencias espaciales, llevan años investigando e intentando resolver. Entre la Tierra y Marte existe una distancia media de unos 54,7 millones de kilómetros, lo que supone alrededor de nueve meses de distancia.

Aunque el tiempo del vuelo pueda reducirse, el trayecto seguiría siendo largo (se hablan de unos seis meses) para una misión tripulada. En una Estación Espacial Internacional ese es el tiempo que pasan en órbita los tripulantes permanentes, pero en caso de una emergencia la distancia de vuelta a la tierra es relativamente corta.

Uno de los aspectos más importante de esta misión es poder asegurar la salud de los astronautas que emprendan este viaje. Una de las ideas que se maneja para salvaguardar el estado físico y psicológico óptimo de los astronautas es la posibilidad de que hibernen durante buena parte del viaje. Es un método que todavía la NASA está estudiando y que se engloba dentro de las soluciones para los principales retos que representa ir a Marte.

Otro de los conflictos que se suscitan a la hora de hablar sobre el viaje es que los ingenieros aún tienen que determinar, el modo en que la nave pueda llevar el combustible suficiente para afrontar una estancia inicial en el planeta rojo. Esta situación dificultaría el lanzamiento y generaría un costo excesivo en el despegue, también se tiene que diseñar un modo seguro de que la nave aterrice en óptimas condiciones.

 

Problemas de adaptación en Marte

Problemas de adaptación en Marte
Problemas de adaptación en Marte

Una vez llegado al planeta la tripulación tendrá que sortear distintas problemáticas. Por un lado su atmósfera es mucho más delgada e irregular que la terrestre, lo que obliga, por ejemplo, a adoptar otros métodos de aterrizaje y de despegue (serían muy diferentes a los que se emplean en nuestro planeta). Su fina atmósfera se une a la inexistencia de una magnetósfera global en el planeta, lo que deja a su superficie más expuesta a la acción de la radiación procedente del viento solar y del espacio.

Suponiendo que la tripulación aterrice sana y salva, su siguiente reto sería conseguir parte de las provisiones necesarias para sobrevivir, como el oxígeno y el agua. Si se logran esos dos elementos se puede montar un invernadero con plantas que sirvan para proporcionar el alimento,  más oxígeno, y todo esto habría que instalarlo dentro de hábitats presurizados, teniendo en cuenta que la gravedad marciana es menor que la terrestre.

 

Poca voluntad  para realizar la expedición

Poca voluntad  para realizar la expedición
Poca voluntad para realizar la expedición

Enviar una misión tripulada a Marte hoy por hoy se dirime en una cuestión de voluntad por parte de las grandes corporaciones espaciales y las políticas mundiales. Las misiones Apolo llegaron a la Luna porque había la voluntad para hacerlo.

La preparación científica y técnica de las compañías espaciales está muy avanzada en comparación a los años 60. Hoy en día se han efectuado una gran cantidad de misiones robóticas a Marte, pero el principal inconveniente por el momento es la falta de dirección y objetivos de la misión.

Habrá que esperar un tiempo prudencial para que se reproduzca en Marte una imagen similar a la de Neil Armstrong caminando por la Luna, sobre todo porque no hay una intensión fuerte de efectuar la misión y aún no se han solventado los problemas tecnológicos necesarios.

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