Cerca del centro de Moscú está el abandonado edificio de la fábrica Hammer& Steel, construido en 1884 y que desde la Revolución Rusa, no ha tenido mayor influencia en la ciudad.
Pero su historia cambiará luego que se eligiera como punto de partida para un plan de regeneración urbana que recuperará 1,8 millones de m2 y que abarcará 58 hectáreas en donde se hará un parque siguiendo el ejemplo del High Line de Nueva York.
Moscú, una ciudad que desincentiva el uso del auto
En palabras de KlaasHofman, el arquitecto encargado, se va a “maximizar la calidad de los espacios públicos, crear una red de calles habitables para promover la vida peatonal, promover el uso de bicicletas y proporcionar rutas adicionales para el transporte público a través del nuevo barrio”.
La oficina holandesa MVRDV fue la ganadora de un concurso de renovación lanzado por el municipio de Moscú para recuperar este sector en donde se busca mantener su arquitectura industrial. De esta forma, se podrá recuperar el mayor número de sitios históricos para que los antiguos edificios, que en algunos casos mantienen sus chimeneas, sean reutilizados como galerías de arte, oficinas, supermercados y viviendas.
Sin embargo, el primer piso de los edificios va a estar reservado para el comercio y los espacios públicos, ya que se ha demostrado que con esta estrategia se obtienen barrios más activos y caminables. Es por esto que los edificios que tienen un gran volumen, específicamente ciertas fábricas que existen en el lugar, se cambiarán por edificios más pequeños para que tengan diferentes densidades y cuenten con plazas y parques en los espacios vacíos entre ellos.
Para que el barrio cuente con servicios, se proyectan nuevos colegios, un hospital y un parque inspirado en el High Line de Nueva York que también recuperaría una antigua vía elevada de trenes. En este sentido, el parque sería una columna vertebral en el nuevo barrio, y aparte de contar con juegos infantiles y máquinas de ejercicios, destinaría espacios para que se instale un mercado al aire libre.
Como esta zona está muy cerca del centro histórico de la ciudad, los arquitectos se propusieron recuperarla en vez de extender la ciudad, ya que así se pueden potenciar las caminatas y el uso del transporte público en una ciudad que, según cuenta Hofman, “está actualmente dominada por el tráfico de automóviles que está afectando su atractivo y la salud de la gente.
Por esto nuestra propuesta es el envío de un mensaje que demuestra que se puede hacer de otra manera”. Según las estimaciones de los arquitectos, el diseño del barrio permitiría que la gente no demore más de cinco minutos -en promedio- en llegar a pie hasta una estación de metro o un paradero de buses.
La inauguración de este sector se estima para el año 2021 y se calcula que beneficiaría a 19 mil habitantes.
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