Muchas personas podrían pensar que estudiar Literatura como carrera o simplemente por gusto, no tiene ninguna ventaja económica o social. La realidad es que la Literatura es sumamente importante, y su estudio enriquece mucho a las personas, ofreciendo diversas ventajas.
Estudiar literatura permite conocer otras culturas y creencias, experimentando las de otras sociedades diferentes a la propia. Cada persona con la que nos cruzamos tiene una particular fórmula de conocimientos, creencias, y experiencias, y la literatura permite explorarlas.
La literatura desarrolla la imaginación y creatividad, al introducirnos una y otra vez en universos variados, nos convertimos en personas más flexibles, tolerantes, dinámicas y con mayor capacidad de abstracción.
Una persona que estudia literatura desarrolla una gramática excelente, además de enriquecer su vocabulario y hablar de forma mucho más correcta y sofisticada, lo cual lo ayuda en cualquier ámbito de la vida.
Ayuda además a disfrutar más del cine, ya que muchas obras literarias han sido llevadas a la gran pantalla. Así, verás que las películas adquieren otro significado a partir de conocer el libro que las ha inspirado.
La literatura permite nutrirse del conocimiento de otros: los grandes poetas, historiadores, psicólogos y otros, han plasmado su universo en las más reconocidas obras literarias.
La literatura permite conocernos más a nosotros mismos. Al desarrollar un gusto por la literatura y un hábito de lectura, los títulos que elegimos dicen mucho de nosotros. Muchas obras además pueden estar representando una situación que se está viviendo, y funcionan como una ayuda para atravesar esa situación. Encontrar rasgos propios en un personaje es muy gratificante.
La literatura permite conocer la historia a través de las personas. No es lo mismo leer sobre el número de muertos en una guerra o cualquier otra tragedia – por ejemplo – que leerlo en una novela o una obra de no ficción, que permite conocer los hechos desde un costado humano, a partir de las historias de vida, logrando identificaciones con las personas involucradas.
La literatura ofrece la posibilidad de reconocer lo asombroso en lo cotidiano. Una buena obra, encuentra la magia en los hechos más banales y cotidianos, ayudándonos a ver nuestro entorno con otros ojos, a apreciar lo simple de la vida, a valorar los actos sencillos en personas comunes y corrientes, nos ayuda a tener más aprecio y confianza en la vida que tenemos.
Finalmente, la literatura se convierte en una pasión que hará que sólo necesites un buen libro para disfrutar en cualquier momento y lugar.
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