¿Tu pareja es Peter Pan? Hombres eternamente niños

Cuando el enamoramiento llena tu corazón y tu mente, cuando crees en los violines de los besos y las mariposas parecen brillar, el amor se apodera de ti, y nada más existe que esa persona. Ríes por todo, lloras, por cualquier cosa, le cuentas tu vida, tus secretos y sientes la tentación de decirte: “esto es para siempre”.

Entre las cosas que más se disfrutan en esta etapa, está la diversión, sales con él, bailan, ruedan en el pasto, nadan en la playa, hacen locos castillos de arena. Cenas románticas, besos interminables…, en fin, todo es perfecto. En  este idílico panorama, sólo caben dos, porque los amigos, la familia, la rutina, el trabajo, todo queda relegado y la prioridad es el otro. ¿Quién no gastó de más en mensajes y llamadas, por amor?

Sin embargo, el tiempo pasa y en un momento comienza a astillarse la brillante superficie, algunas asperezas comienzan a sentirse y poco a poco, puedes comenzar a aburrirte de tanta diversión. Es posible que uno de los dos, comience antes a pensar: “¿y ahora qué viene?, cómo es la segunda etapa?”. Generalmente es la mujer, con su mente analítica, la que primero despierta del sueño y comienza a planear el futuro inmediato, a pensar en una estabilidad afectiva, un compromiso del varón respecto a la relación.

¿Pero qué ocurre si el otro no responde a esta nueva forma de ver el vínculo? Algunos prefieren continuar así, relajadamente, sin ponerle nombre, sin comprometerse de manera alguna. Si esto pasa, es probable que la relación se rompa, porque se descubre una falta de afinidad, en un tema fundamental, que se refiere a la naturaleza misma de la relación.

¡Mi novio es Peter Pan!

Algunas parejas logran adecuarse a las diferencias madurativas o de concepto, en un verdadero acto de aceptación mutua, la relación soporta esta prueba y logra avanzar, incluso, hasta el matrimonio o la convivencia. El Peter Pan de la pareja, necesita seguir volando y divirtiéndose, incluso después de convertirse en padre. Y la mujer parece estar criando también a su compañero, como lo hace con sus hijos.

Los hombres Peter Pan son alegres, divierten a toda la familia, siguen yendo a recitales, hacen deportes, salen con sus amigos y son apasionados en todo lo que hacen.

Sin embargo, tal como lo sostienen los psicólogos, el síndrome de Peter Pan puede ocultar un temor a crecer y ocupar el verdadero rol que corresponde, según su edad y obligaciones. En este punto, creo que hay que discernir con cuidado, si la necesidad de preservar la actitud juvenil, es realmente perjudicial para el individuo y su entorno.

Hay algunos límites que definen este aspecto: si no hay una estabilidad laboral, que sostenga a la familia, si no se responde a las necesidades de los niños o de la pareja, si se priorizan actividades individuales, postergando las de la familia; entonces estamos ante un problema, ya que la otra parte se sentirá recargada con las responsabilidades que deberían compartirse.

En cambio, si “PeterPan”, se hace cargo de su parte, pero prefiere vivir la experiencia en forma jovial, divertida y animada, entonces, lejos de haber un problema, estamos frente a una persona que elige la alegría, y se siente optimista frente a la vida. Es ideal mostrar a los niños esta actitud, y también es hermoso, que la pareja disfrute de una eterna juventud. Esta clase de personas, ayudan a todos a su alrededor a superar obstáculos, alimentan la pasión en la relación, evitan la rutina y el letal aburrimiento.

¿De cuál de estos Peter Pan te enamoraste?

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