Familias modernas

Desde hace décadas ha cambiado el concepto de familia, entiéndase  ésta como: ‘padre-madre- hijos’. Hoy por hoy muchos utilizan el concepto de ‘familias ensambladas’: “los tuyos, los míos y los nuestros”. Si analizamos los cambios que se fueron sucediendo en las estructuras de las mismas podemos observar algunos factores determinantes:

  • La inserción de la mujer en el mercado laboral ha modificado el desempeño de ambos cónyuges en el seno de la familia y ha traído consecuencias importantes: en la asunción de responsabilidades compartidas, mayor compromiso del hombre en el manejo de asuntos de la crianza de los hijos.
  • El acceso de la mujer a lo público.
  • La emancipación económica de la mujer le ha permitido una mayor independencia.
  • El aumento de las separaciones. Incremento de familias monoparentales. La formación de nuevas parejas de los padres obliga a los hijos a formas de convivencia con personas distintas de sus padres biológicos.

En este marco es que vemos cientos de niños, adolescentes y jóvenes que sufren la transformación de su propia familia como eje y sostén de sus propias vidas. Estos cambios lejos de insertar a la sociedad en la modernidad, quiebran y perturban la seguridad emocional y psíquica de los más chicos. Es común ver escenas familiares en donde los padres son ridiculizados, menospreciados, y hasta insultados por hijos carentes de límites y con el alma llena de dolor y frustración por los errores cometidos por sus referentes adultos. Escuchar a madres que han sido abandonadas por sus esposos contar las ‘miserias’ de la relación de pareja a sus hijos es catastrófico, mutilante y traumático para esos niños que están formando conceptos y un sentido de la realidad que ‘no quieren a futuro vivir’ (¡no tendré el matrimonio que tienen mis viejos!) Otros, ‘padres culposos’ intentan llenar los vacíos del corazón de los hijos con regalos costosos, extravagantes, a modo de poner fin a una agonía que lastima el alma de estos. La pugna por ‘el amor de los chicos’ que ha quedado en el medio de una pareja es inescrupulosa, sin límites y hasta perversa. ¿Hasta dónde es verdad el discurso de la madre que por amor dice poner a sus niños como escudo en medio de la pelea? ¿Hasta dónde es real el cuidado y la necesidad de protección que dice tener un padre que quita los límites, las reglas y las normas para ir en contra de la madre? Una frase declara: ‘Con los niños no’ y esta frase es totalmente aplicable a este concepto egoísta de ‘modernidad’ en las familias. Otro tema que merece atención es cuando esa ex pareja forma una nueva pareja y por ende llegan ‘otros hijos’. ¿Qué pasa por la cabeza y el corazón de esos niños que quiérase o no fueron dejados y hoy reemplazados por otros? ¿Cómo trata ese padre o esa madre a los propios y/o a los otros? ¿Cómo se los cría? ¿Igual que a los primeros o con beneficios que los otros no tuvieron? ¿Existen las rivalidades, los celos, las diferencias entre ellos? Padres y madres alrededor del mundo viven esta nueva realidad, familias enteras se ven movilizadas a re adaptarse y convivir con una realidad que en el caso de los chicos, no eligieron. Cierto es que si nuestra familia ha dejado el modelo original para transformarse en una familia ensamblada o moderna, debemos encarar esta situación de la mejor forma posible.

Primero, si los hijos eran el escudo, debes moverlos de ese lugar.

Segundo, si has formado ya otra familia, debes asegurarte que los niños de tu primer matrimonio tengan total certeza en sus corazones que ‘ellos no tienen la culpa de lo ocurrido en el matrimonio’, ‘que no serás un padre ausente’, ‘que serás lo mejor que ellos necesiten todos los días de su vida’.

Tercero, mantén una relación madura con la madre/padre de tus hijos porque aunque la pareja se haya quebrado, existe un lazo que los une de por vida: los hijos. Y ellos merecen tener padres maduros y no criaturas que pelean por ‘tener la razón’.

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