El sector del juego ante la tesitura de desmentir las falsedades sobre su actividad

El sector del juego ante la tesitura de desmentir las falsedades sobre su actividad

El ámbito de las apuestas y los juegos de azar crece a un ritmo exponencial en los últimos años. Este dato provoca inquietud en los detractores de esta actividad, quienes vierten diversas críticas infundadas sobre esta acción, a fin de provocar un daño difícil de reparar y crear una concepción errónea en el pensamiento de la población sobre los hechos que se producen con el consumo de esta forma de ocio. Tanto en esta actividad como en cualquier otra sobre la que se viertan juicios de valor, éstos deben estar basados en hechos empíricos que acompañen a las informaciones vertidas a través de los medios de comunicación de masas.

Resulta curioso en una economía tan maltrecha como la española, como los ojos de diferentes estamentos de la sociedad, incluidos partidos políticos, se fijan en una actividad que cada vez tiene un peso más importante dentro del PIB nacional, y a la vez genera miles de empleos directos e indirectos ayudando a paliar el desempleo, unas de las lacras de la economía española.

Las Comunidades Autónomas tienen gran parte de las competencias para legislar en el sector del juego. Según el color del Gobierno de cada ente autonómico se promueven o se llevan a cabo unas actuaciones que intentan favorecer o ir limitando todas estas actividades. Este último caso, se puede observar en las medidas promovidas por varias regiones, limitando o prohibiendo la publicidad de todo este tipo de actividades del juego en sus respectivas radiotelevisiones autonómicas, lo que sin duda pone a las claras el perjuicio que algunas medidas tienen sobre la estabilidad y el crecimiento de este sector económico tan fructífero.

Pero todo ello tiene su lado partidista, ya que los legisladores únicamente se fijan en el trozo del pastel de las apuestas y casones online, dejando de lado otras loterías del Estado o juegos de la ONCE, siendo éstos analizados con otra vara de medir y teniendo un fin último idéntico que el de las empresas y plataformas sobre las que se pone el foco mediático. Caso similar ocurre cuando se habla de los menores de edad que acceden a estas plataformas del juego, estando esto totalmente prohibido.

En el juego, como en otras actividades es imposible garantizar que la totalidad de los clientes de una actividad cumpla con la legislación o las normas. Siempre habrá una parte residual, que basándose en artimañas no muy éticas se salta los controles a fin de poder realizar apuestas interactivas. La clave es introducir unos controles más severos para poder erradicar esas malas prácticas residuales. Los operadores de juego, como por ejemplo Casino Online JackpotCity, adoptan medidas para restringir el juego a personas mayores de 18 años o herramientas (Límites de depósito y Auto-exclusión) para la protección de los usuarios.

Además, muchas plataformas de casino en línea, durante las sesiones de juegos a las tragamonedas, envían mensajes ‘pop-up’ para informar a los usuarios sobre los riesgos del juego. Esta herramienta es extremadamente útil para reducir los comportamientos patológicos de los jugadores.

Todos estos controles se están implementando de una manera más severa, pero es curioso como nadie se escandaliza cuando un menor de edad se acerca a un establecimiento de Loterías del Estado a comprar un décimo de Lotería de Navidad o a rellenar una quiniela.

La ley debe ser igual para todos los agentes de apuestas, independientemente de la naturaleza y del nivel de implantación que tengan en el país.

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