El origen de los Menonitas

Durante el siglo XVI, la organización y ejecución del clero católico era objeto de disconformidades y presuntas reformas a la comprensión de las escrituras del Nuevo Testamento. El catolicismo ortodoxo albergaba doctrinas que no estaban de acuerdo con las concepciones de reformistas tales como Ulrico Zuinglio, que alrededor del año 1523 disponía al bautismo y a la relación Iglesia-Estado como ideas que no estaban correctamente interpretadas.

Zuinglio no encontraba interpretación en la Biblia que justificara a la Iglesia como una dependencia del Estado, “sino que los cristianos eran una comunidad de creyentes, que libremente decidían seguir a Cristo”; no obstante el bautismo debía sucederse por voluntad y consentimiento propio, dejando inválido el bautismo de niños y decidiendo que ellos mismos en su adultez, sean partícipes públicos de su acto de fe.

Estos pensamientos, se promovieron y se extendieron por Europa, dando lugar a un grupo de reformistas denominado “Anabaptistas”, también conocidos como “Los Hermanos Suizos” quienes fueron fuertemente perseguidos y a los cuales se les declaró, una ley conocida como Ley Imperial, que promulgaba: “quitar la vida a todo rebautizador o rebautizado, hombre o mujer, mayor o menor, y ejecutarlo según la naturaleza del caso y de la persona, por fuego, por espada o por otro medio en cualquier lugar donde fuere hallado”.

Conmovido por los sucesos trágicos, y atraído por la doctrina de los “Anabaptistas pacifistas”, Menno Simons, sacerdote católico, decide abandonar su Iglesia constituida por burocracias jerárquicas y reformas de las cuales difiere. Desde entonces Simons jugó un papel importante en la peregrinación de sus políticas religiosas, debatiendo conceptos con reformistas tales como los luteranos o los calvinistas, donde muchas disconformidades y desacuerdos impidieron llegar al consenso.

A partir de entonces, las reformas de Menno Simons parecieron llegar a buen puerto para cierto grupo de seguidores que hacían notar su creciente atribución, ganándose la repudiable fama ante sus enemigos, quienes a manera de burla los apodaron de “menistas”, de la cual se desprende la actual denominación “menonitas”.

Su pacífica y conservadora forma de vida
Su pacífica y conservadora forma de vida

Las comunidades Anabaptistas, que fueron posteriormente denominadas Menonitas, sufrieron persecuciones y exilios debido a los desacuerdos políticos de las tierras en las que residían. A menudo se les imponía a practicar religiones y costumbres ajenas, formarse militarmente o hablar en idiomas que fueran impropios a su cultura; como muchas, o mejor decir todas estas imposiciones iban en contra a la común forma de vivir, los Menonitas se veían obligados a trasladarse para poder estar en paz con el cumplimiento de su espiritualidad. Fue así que pasaron regiones europeas a regiones de Rusia oriental para posteriormente emigrar al continente Americano, residiendo en países como Canadá, Estados Unidos, México, Bolivia o Argentina, estableciendo en dichos países residencias comunitarias alejadas de la civilización urbanizada.

Su pacífica y conservadora forma de vida los mantiene fuera del acceso a los insumos más comunes, como la electricidad, los artefactos tecnológicos, servicios de comunicación, deportes, conocimientos académicos o cualquier otra posibilidad que los seduzca y los aleje de la senda que los conduce a la salvación.

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