Consejos que te servirán para aprender a escuchar a los demás

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¿Hablar bien o aprender a escuchar? ¿Decir lo que pienso a como dé lugar o esforzarme por interpretar la opinión del otro? De qué forma me permito aprender: ¿haciendo grandes elucubraciones u oyendo a mis semejantes?

Vivimos en tiempos difíciles para la comunicación cotidiana y potenciar el alcance de nuestros lazos afectivos es un enorme desafío futuro. ¿Cómo hacerlo posible? En principio, aprendiendo a escuchar.

Como dijéramos recién, uno de los mayores desafíos de cara al futuro en términos relacionales da cuenta de la necesidad que tenemos los seres humanos respecto de saber interpretar las opiniones ajenas. Escuchar a los demás es una tarea importantísima que por infortunio no ocupa un lugar de relevancia en gran parte de la opinión pública.

En definitiva, no son muchas las personas que entienden esta necesidad, la de escuchar la opinión ajena y respetarla en tanto tal. En las líneas que siguen nos permitimos compartir algunos consejos y por supuesto, dejamos abierta la posibilidad de recibir los comentarios del lector/a.

Consejos que te servirán para aprender a escuchar a los demás

– Abrirse hacia los demás

Escuchar al otro representa un ejercicio de apertura hacia su persona y ese ejercicio carece de intereses vanos. Escuchar implica interpretar lo que el otro tiene para decirnos, rescatando la importancia de ese encuentro y potenciando desde nuestra actitud los alcances de ese vínculo. Hay que abrirse a los demás, ese es el primer paso para establecer un sano diálogo.

 

– Mantén un encuentro respetuoso

¿Aquello que el otro dice te resulta incómodo? ¿Acaso no compartes su forma de ver la vida y encarar las relaciones? Pues bien, aprender a escuchar también implica un ejercicio de tolerancia respecto de lo que se oye.  Para que esa cualidad –la tolerancia- se haga carne debes mantener siempre un vínculo respetuoso con tu interlocutor, no importa que sea lo que te diga.

 

– Gesticula sin exagerar

Gesticular es importante, por medio de ese contacto demostraremos emociones que en palabras no encuentran significado. De todas maneras, evita las exageraciones e intenta siempre un contacto ameno con el otro. Importante: si aquello de lo que hablan te pone nervioso, puedes decirlo claramente evitando un gesto irrespetuoso y –en ocasiones- involuntario.

 

– Piensa en lo que puedes aprender

Una de las mejores maneras de proponerse escuchar a los demás es pensando cuánto podemos aprender al oír otra persona. La clave está en entender que mucho más importante que lo que nosotros tenemos para decir, es poder reformular aquello que pensamos valiéndonos de la opinión de un semejante.

Lo último que proponemos entonces es valernos ahora de su palabra: ¿Qué les pareció la propuesta presente? Dejen su comentario.

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