Cómo cuidarse de la infidelidad. Cómo preservar la pareja de los intrusos

Cómo cuidarse de la infidelidad

Cómo cuidarse de la infidelidad Cómo preservar la pareja de los intrusos

Cómo cuidarse de la infidelidad. Relaciones y pareja.

 

Algunos estudios indican que genéticamente, los hombres son más proclives a ser infieles, ya que sus instintos los impulsan a copular con la mayor cantidad posible de hembras, a fin de perpetuar la especie. Mientras las mujeres son las encargadas de hacer la selección de los mejores especímenes a fin de mejorar la calidad genética de la especie.

Ahora bien, si los impulsos mandan, entonces: ¿por qué tú, mujer, estás con un espécimen que no es precisamente el adalid de los dones de la especie humana?, y ¿por qué tú, gran seductor de las mil mujeres, te casaste con una sola y cada noche duermes a su lado, sintiéndote a gusto con esa estabilidad y seguridad que la vida de pareja te aporta?

Les puedo decir porqué, porque no somos animales, que actúan solamente por impulso genético, actuamos como resultado de un complejo conjunto de emociones y pensamientos, que nos llevan a decidir las acciones de cada día. Con esto, espero que hayamos dejado el discurso arcaico de los genes y podamos comenzar a hablar de infidelidad.

“Se busca afuera lo que no se tiene en casa”, esta frase, le costó a la mujer siglos de sufrimiento marital, se culpó a sí misma y hasta justificó y consintió la infidelidad. Y un día, para sorpresa de muchos, se descubrió que también la mujer podía ser infiel. Entonces qué es lo que ambos buscan y  no tienen?

Miles de artículos,  en decenas de blogs, dedican páginas a dar consejos sobre cómo recuperar al esposo/a que es infiel: te dicen que seas sensual, que lo sorprendas con ropa sexy, que le cocines ricas cenas románticas. Mientras a él le dicen que le haga obsequios o la lleve de vacaciones… es todo maravilloso… pero oculta una gran cuestión: los sentimientos: esos gusanitos que se enredan en el corazón, y ante la infidelidad, sencillamente se lo comen.

La mujer que debe tragar saliva y someterse a la humillación de comprar ropas sexys que no pensaba usar, sólo para competir con una extraña, hacer una cena exquisita para él, cuando en realidad quisiera ponerle en la cabeza la rica cena con fuente y todo, porque ella tiene miles de gusanos en el corazón. Lo que menos siente una mujer lastimada, es ganas de hacer el amor y parecer erótica.

El hombre que debe regalar una joya a su mujer, a fin de brillar más que su amante…, salir de vacaciones y darle los gustos, y callar las imágenes que una y otra vez llegan a su mente, en las que ella comparte su intimidad con otro, él también tiene muchos gusanos en el corazón. Lo que menos ayudará a la virilidad de un hombre, es sentir que su mujer lo comparará sexualmente con su amante.

Si la genial estrategia tuviera éxito y el infiel, volviera, embelesado por la nueva imagen de su esposa, o por las atenciones de su esposo, la historia recién comienza… Jamás la mujer o el hombre engañado, volverán a confiar, y el dolor se queda allí, como esperando la siguiente ocasión para volver. Cuando la confianza, que es un cristal finísimo que siempre parece estar al borde de la mesa, cae y se hace mil pedazos, qué hacer?, parece que la memoria emocional no puede borrarse.

La única manera de tratar la infidelidad, es entre dos, prevenirla a través de la comunicación abierta y sincera. El interés por la preservación de la pareja debe ser de ambos, la estrategia de seducción se debe dar continuamente, y antes de que la mera idea de ser infiel agriete la pared. Luego, no habrá mucho por hacer.

Mejor decirse todo el tiempo las verdades, las necesidades, las carencias, los errores, y también valorar las buenas cosas del otro, a través del velo de la rutina y los problemas cotidianos, solo así se hará  un ejercicio pleno del hecho de amarse. Y no habrá cristales rotos, ni gusanos, ni dolores que sanar.

Al infiel puedo decirle: agregue a su amante niños, rutina y problemas económicos, mezcle bien y el resultado será una esposa igual que la que acaba de abandonar. Y a la infiel le digo: agregue a su amante un control remoto, amigos, futbol, hijos y problemas, bata con rutina y tendrá el mismo esposo al que dejó atrás.

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