¿Por qué los niños faltan el respeto a los demás? ¿Sabemos qué es el respeto?

El respeto es la forma en que se considera al otro como persona. Si se valora su integridad, su dignidad y sus derechos, entonces se está respetando al otro.

En qué casos faltamos el respeto:

1-     Humillando a los más vulnerables

2-     Subestimando la capacidad de otros

3-     Divulgando intimidades ajenas

4-    Burlándose de carencias, defectos, y problemas personales

5-     Explotando y/o esclavizando a otros aprovechando su necesidad

6-     mpidiendo el desarrollo normal de los niños

7-     Abusando sexualmente, invadiendo el espacio íntimo del otro

8-    Acosando, cohesionando, aprovechando una posición superior

9-    Gritando, insultando, o golpeando, tomando una posición violenta y dominante sobre el otro

10-   Engañando al otro, colocándolo en una situación de desventaja respecto a la realidad.

 

También existen faltas de respeto a nivel institucional, éstas son conductas en que pueden incurrir los gobiernos y sus autoridades, faltando el respeto a los ciudadanos, quienes en un acto de fe y confianza, votaron por estas personas, con la intención de ser protegidos, respaldados, administrados  y ser llevados hacia el progreso como comunidad en su conjunto.

1-     La corrupción de las autoridades , que aprovechan sus privilegios en detrimento del pueblo

2-     El abuso de la autoridad y su poder, para oprimir y dominar a quienes desean expresarse

3-     El engaño deliberado, o la omisión de datos de la realidad.

4-     La reducción o eliminación de la libertad de expresión, de cualquier tipo.

5-     Discriminación institucional de tipo ideológica, racial, religiosa, sexual, o de condición física.

Bien, ahora que ya pusimos en claro qué es el respeto y qué es la falta de respeto, podemos evaluar una realidad inquietante: nuestra sociedad ha popularizado la falta de respeto por el otro. La educación, comienza en los hogares y continúa en las escuelas. Los niños no inventan formas de faltar el respeto, sólo las imitan.

Nos quejamos de que los jóvenes y los niños son irrespetuosos, altaneros, no atienden a la autoridad, no siguen las reglas.Esto tuvo, necesariamente, un inicio, del que todos formamos parte activa.

Cómo se le habla a un niño, cómo nos comunicamos con nuestros jóvenes, es el comienzo de todo, no podemos negar nuestra participación en esta debacle de actitudes caóticas, despojadas de los mínimos códigos de respeto social y humano.

Por otra parte, los chicos se encuentran insertos en nuestra sociedad, absorbiendo toda su información e idiosincrasia. Ellos no son ajenos a la corrupción, los conflictos, la inflación. Son atentos testigos de la cultura que se les transmite.

Por dónde comenzamos entonces?

Por un cambio interno, desde cada individuo, porque no se puede modificar el exterior, si en nuestro interior continuamos siendo los mismos. Solamente el ejemplo individual, puede iniciar el proceso, un efecto dominó positivo, en el que cada uno revise sus propias actitudes, ayude al otro a corregirse y proponga formas sociales de cambio.

Debemos ser activistas del respeto mutuo, de la cordialidad, de la sonrisa imprescindible para el acuerdo. Los niños y jóvenes nos observan e imitan, mostrémosles, que el cambio es posible.

 

 

Sea el primero en comentar

Deje un comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*