Algunos alumnos eligen estudiar en verano, otros tienen la obligación de hacerlo; en los dos casos, estudiar en verano puede ser una excelente oportunidad.
Muchos estudiantes durante los meses de verano aprovechan para preparar los exámenes y luego rendirlos. El verano en este sentido, puede ser una oportunidad, un momento para afianzar los contenidos vistos durante el año.
De esta manera, además de prepararse para las instancias de evaluación les permitirá afrontar de mejor manera el próximo curso académico. Sin embargo, y sobre todo para los más pequeños, es importante que también aprovechen el tiempo para ellos, que descansen y que disfruten plenamente el verano.
Desde diversos sitios educativos brindan una serie de consejos para llevar delante de la mejor manera posible, este período de estudios.
Algunos de ellos, son:
1- Planificación horaria
De esta manera se puede aprovechar el tiempo correctamente. Lo ideal es que se paute desde el principio un horario de trabajo durante las vacaciones. Puede ser un acuerdo entre padres e hijos, en el que cada uno cumpla con sus responsabilidades. Se puede realizar e imprimir un calendario que luego quede expuesto en un lugar visible.
2- Tiempo de estudio
Lo aconsejable para la época estival es que las tareas se realicen durante las primeras horas de la mañana, después de tomar el desayuno. Este es el momento en el que estarán más frescos, descansados y el calor es menos intenso. Además luego les quedará el resto del día para disfrutar de actividades recreativas.
3- Días de estudio
Además de planificar los horarios del día a día, es importante que las tareas se realicen solo durante algunos días de la semana, dejando libres los fines de semana y algún otro día para descansar. Esto favorecerá su reincorporación al año siguiente, ya que se habrán desconectado lo suficiente.
4- Horas de estudio
Lla cantidad de horas de estudio, dependerá de si simplemente deben repasar algunos contenidos o deben prepararse para algún examen. De todas maneras, no debe convertirse en un castigo. Los niños y jóvenes deben verlo como una magnífica oportunidad para afianzar aquellos contenidos que no se han asimilado todavía. Los consejos de los expertos apuntan a que no sean más de 90 minutos de estudio y con un breve descanso de unos diez minutos.
5- Lugar de estudio
Dependiendo del tipo de tareas que deban realizar los niños y jóvenes, se pueden utilizar sitios diferentes. En los espacios comunes (comedor, cocina) se pueden llevar a cabo aquellas tareas o actividades de tipo procedimentales como cuadernos de verano, cuadernos de recuperación, lectura de libros, etc. En dicho espacio pueden recibir la ayuda de los adultos en el caso de que tengan alguna duda. En los espacios privados (dormitorio) pueden preparar exámenes, ya que allí estarán libres de distracciones, podrán concentrarse en el estudio y llevar adelante procesos más complejos como la comprensión, la memorización y la revisión de contenidos.
6- Clases de repaso
Contar con la ayuda de un profesor de apoyo puede ser una opción, para que los niños puedan aclarar dudas que le hayan quedado de años anteriores o procedimientos que no hayan podido llevar a cabo por sí mismos.
7- Recuperación de asignaturas pendientes
Si se trata de los niños tengan que recuperar alguna asignatura es importante que se divida el verano en dos partes:
Primera parte: durante esta etapa se pueden elaborar los materiales de estudio para la recuperación de las asignaturas. Durante esta primera etapa los niños van adquiriendo un ritmo de trabajo constante y una rutina.
También es un momento ideal para la elaboración de resúmenes, esquemas, glosarios, mapas conceptuales, etc.
Segunda parte: destinada a la preparación del examen, los niños ya llevarán una rutina de trabajo y no les será tan difícil afrontarla. En el caso de que tengan que realizar lecturas obligatorias es recomendable dejarlas para las últimas semanas, así tendrán más presente el contenido del libro.
Deje un comentario