Ha comenzado una nueva Copa del Mundo FIFA, el famoso Mundial. Durante este mes, la convivencia con un fanático del fútbol – hombres en su mayoría, aunque el número de mujeres en este grupo es creciente – se hace un desafío que requiere toda la cuota de paciencia y tolerancia de la que la otra parte sea capaz.
Algunos consejos que harán este mes menos complicado.
Lo primero es no intentar pelear contra la corriente. Más allá que no logremos entender nunca ese fanatismo, amar a una persona implica aceptarla como es, con sus pasiones y hasta sus debilidades. No hay que ponerse nunca en comparación: que un fanático no se pierda ningún partido no significa que lo prefiera a estar con su pareja, no hay que vivirlo como un abandono. En cambio, es una buena lección para aprender a respetar sus espacios personales. En todo caso, es bueno aprovechar esos momentos para hacer algo a solas, como leer un buen libro o ver esa película que a tu pareja no le gustaría.
Otra buena idea es programar las actividades del hogar fuera de los horarios de partido, como ir al supermercado, hacer compras, pagar impuestos o cualquier tarea de la casa, así no habrá excusas y seguirán compartiendo las tareas.
Aunque el fútbol no te encante, trata de estar medianamente al tanto de lo que ocurre en el Mundial, para tener algo de que hablar, y compartir la conversación. Sin embargo, no es bueno que la charla se vuelva monotemática, es importante que hablen también de otras cosas.
Más allá de que es lógico que el televisor de la casa se utilice para ver los partidos y programas relacionados al mundial, defiende tu derecho a ver otra cosa, aunque más no sea de a ratos – claro, fuera de los horarios de los partidos.
Las derrotas pueden ser utilizadas a tu favor, pero con tacto. Nada es más irritante que la pareja tenga expresiones como “no es para tanto”, “seguro ganan”, “no te pongas así, porque no es el fin del mundo”, o similares. Sin hacer un drama del tema, trata de tener comprensión y contención. Aprovecha a consentir a tu pareja con algo especial, lo apreciará.
En caso de que la derrota lo deje con muy mal humor, aprovecha una vez más para hacer actividades por tu cuenta y regresar a casa un par de horas más tarde, cuando ya se haya calmado.
A menos que la familia sea muy futbolera, se suspenden las reuniones familiares durante el Mundial, evita discusiones porque la reunión coincide con partidos.
Los resúmenes de los partidos son casi igual de importantes que estos, por ello se aplica lo mismo que para los partidos. Por muy absurdo que parezca, quieren ver la repetición de los momentos más importantes del partido que acaban de ver, ahórrate el comentario “pero si ya lo has visto”, es inútil y sólo desembocará en una discusión.
Si bien el Mundial promueve momentos ideales para que tengas tu espacio personal, no está mal unirte de vez en cuando a ver los partidos con tu pareja. Evita hacer preguntas y comentarios todo el tiempo, pero aprovecha para compartir una cerveza o algún refrigerio.
Siendo paciente y acompañando a tu pareja durante el Mundial, tendrás luego la oportunidad de pedirle que te devuelva la gentileza y te acompañe en algo que te gusta, pero que es reticente. A fin de cuentas, el Mundial solo dura un mes, ni más ni menos, y luego todo vuelve a la normalidad.
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