Los errores más comunes que cometen las mujeres en la intimidad

Las mujeres son seres especiales, tienen una sensibilidad y una perspectiva única del mundo que las rodea. Se sienten tan a gusto en ese mundo emocional y cambiante, que suelen olvidar que todo eso es propio de las mujeres. Amar a un hombre y encontrarse íntimamente con su naturaleza masculina, implica “transar” con ese mundo, ceder y adaptarse lo suficiente como para que ambos se encuentren a gusto.    

Para que no te tilden de histérica e indescifrable, sigue algunas de estas recomendaciones:

  1. No hagas catarsis: una cena romántica no es una cita con tu psicólogo. No le cuentes, al pobre, todos tus infortunios, con dramáticos llantos de telenovela, él solo quería que la pasaran bien, paga una cita y que un profesional te escuche.

  2. Hablar sin parar: Durante la cena, no lo marees hablando sin parar, cálmate, relájate, déjale espacios de silencio, los hombres los adoran.

  3. Ser empalagosa: luego de cenar, bailar y charlar, se acerca el momento de la seducción. En este punto se mezcla la dulzura con el erotismo, muéstrale tu afecto, pero no te comportes como una niña embelesada, sino como una mujer que sabe lo que quiere.

  4. Simular virginidad crónica: Responde a sus caricias, con sensualidad, dile cosas que le hagan sentir deseado, explícitamente. Ser erótica no rebajará tu imagen, sino que te hará aún más apetecible. Ni estrella porno, ni monja de clausura.

  5. No es momento de acicalarte: antes del sexo, no te pases una hora en el baño, la depilación y la higiene realízalas antes, sino, él se distraerá y se dormirá. Se supone que debes estar preparada, y sólo “refrescar”. Pero no olvides que ir a la cama sin una buena higiene puede alejar al más enamorado.

  6. Él no tiene un GPS: la sexualidad femenina, no es muy sencilla, cada mujer tiene sus puntos sensibles, y extra sensibles. Debes decirle claramente lo que necesitas, con detalle, y luego sí, déjalo que te muestre su estilo. Si no dices nada, luego no te quejes porque no encontró la manera.

  7. No son de piedra: Acarícialo y bésalo, tal como a ti te gusta que lo haga, a los hombres les gusta sentirse deseados, que la mujer disfrute de tocar y sentir su cuerpo. Tu hombre también tiene su lado romántico y sensual, no es una máquina que enciendes cuando quieres.

  8. Evita la torpeza: la manipulación de su cuerpo merece atención, sensualidad, firmeza, sin producir dolor alguno, usa todo tu cuerpo para rozarlo, tus manos, tu boca, tu cara, tu pecho, hazle sentir tu piel en cada centrímetro de la suya, no te recuestes a esperar que él haga todo.

  9. Tener prejuicios: hay un punto, durante el fragor de la relación, en que el hombre se pone un poco “sucio”, tal vez te insulte un poco, o te hable de sus fantasías, no seas puritana, no te escandalices, solo es parte de su juego, síguele la corriente, deja que se exprese como macho, eso exacerba su virilidad.

  10. Nunca digas nunca: en cierto momento, es tiempo de liberarte de tus remilgos, deja salir tu animal interior y disfruta junto con su animal, él te lo agradecerá, y quedará prendado de tu sexualidad. No le tortures con pavadas, como “ah, yo nunca hice eso, yo nunca lo haría”, experimenta con él los juegos del amor, con libertad.

Hormonas liberadas: Luego del amor, ocurre un hecho biológico en ambos, en ti, las hormonas te impulsan a volver al romanticismo, quieres que él te diga que te ama, que eres única, que nunca estuvo con una mujer como tú… y eso está bien, pero sé considerada, recuerda que las hormonas de él, le exigen dormir, descansar, que su mente se refugia más en el silencio que en la palabra. Así que debes contentarte con que te acaricie unos minutos, te diga cosas lindas y luego, por el amor de Dios… déjalo dormir! Aunque te quedes mirando el techo por un rato hasta que te duermas, bastante aguanta él tus vaivenes hormonales cada mes…¿no te parece?

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