En la década de los ‘90, investigadores dieron a conocer un pequeño estudio que encontró que cuando los adultos escuchan la música del genio clásico Mozart se desempeñan mejor en pruebas de inteligencia. Numerosos estudios se han hecho desde entonces para comprobar cómo y qué tipos de alimentos aumentan la inteligencia de la misma manera que lo hace la música de Mozart. Aquí continuamos la lista de los más poderosos alimentos que ponen a su cerebro a funcionar a toda capacidad. (lea la Parte I aquí).
Huevos
Una buena fuente de hierro es la yema de huevo. Los huevos contienen fosfolípidos y lecitina, integrales para construir la membrana de las células cerebrales. En términos de aumentar la inteligencia, su valor radica principalmente en sus proteínas. Los huevos son ricos en aminoácidos, vitales en la producción de los principales neurotransmisores.
Legumbres
Para mantener los niveles de azúcar en sangre estables, el cerebro necesita que suministremos combustible. Para ello trate de comer al menos dos porciones de legumbres al día. Se dice que el cerebro depende de la glucosa, lo que significa que sólo utiliza la glucosa como combustible. Nuestro cerebro consume más de cinco gramos por hora, pero no sabe cómo almacenarlo. Es por eso que el cerebro tiene que ser suministrado regularmente con glucosa a través del sistema circulatorio. Las legumbres están llenas de estos azúcares complejos, y su índice glucémico es uno de los más bajos. Realmente permite regular la glucosa en la sangre y suministra al cerebro sin generar hiperglucemia.
Mariscos
La comida que usted come afecta directamente el rendimiento de su cerebro. Al comer mariscos será capaz de mejorar su estado de ánimo y mantener su mente activa. Ricos en proteínas y vitamina B12, son clave para combatir y prevenir el estrés y sus inconvenientes. Oligoelementos pueden ser considerados como armas terapéuticas, ya que batallan contra la fatiga mental, la ansiedad y la debilidad nerviosa. Cobre, manganeso, zinc, litio y yodo tienen el mismo efecto y pueden ser encontrados en pescados y mariscos también.
Bananas
Fácil de transportar (lleva su propio envoltorio natural) y está disponible para cualquier persona todo el año. Ricas en magnesio, mineral esencial en la transmisión de impulsos nerviosos, los plátanos son una fuente de vitamina B6 (una sola tiene prácticamente una cuarta parte de la cantidad diaria recomendada). La vitamina B6 no sólo participa en la asimilación del magnesio, pero también en el metabolismo de los aminoácidos y el funcionamiento del sistema nervioso a través de la producción de ciertos neurotransmisores, en particular gamma amino butírico y la serotonina. Ambos crean el estado de ánimo correcto para un comportamiento prudente, tranquilo y medido.
Café y té
La presencia de moléculas de cafeína le brinda al té y al café su verdadero valor como tónico y estimulante. El café y el té hacen más que mantenernos despierto. Los estudios han demostrado que estas bebidas calientes pueden mejorar la función cognitiva y prevenir la enfermedad de Alzheimer. Por su parte, el té, además de su alto contenido de antioxidantes, ayudan a combatir los radicales libres y aumentar la actividad del cerebro.
Nueces y semillas
Las nueces incluso parecen pequeños cerebritos, es la manera que tiene la naturaleza de decirnos que son buenos para nuestro cerebro. Las nueces y semillas son buenas fuentes de vitamina E, y se cree que una ingesta adecuada de vitamina E puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo. Por otra parte, sólo un puñado de semillas de calabaza al día es todo lo que necesita para obtener la cantidad diaria recomendada de zinc, esenciales para la mejora de habilidades cognitivas y la memoria. La investigación muestra que el consumo regular de alimentos ricos en niacina como el maní proporciona protección contra el deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento y el Alzheimer. Así también, el maní es una fuente de vitamina E, que es un antioxidante protección de las membranas nerviosas en el cerebro. Además de esto, la vitamina E evita la formación de coágulos en la sangre y promueve la mejora de la respiración de las células cerebrales.
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