Doce datos curiosos sobre los sueños

 1-Todos los seres humanos sueñan. Está comprobado que todas las personas tienen sueños durante su descanso, exceptuando algunos casos extremos e inusuales de desórdenes mentales. Si un individuo siente que no está soñando, lo que sucede es que simplemente ha olvidado lo que soñó al despertar, pero no quiere decir que no haya ocurrido.

2- En promedio, los humanos podemos soñar entre una y dos horas cada noche. La cantidad de sueños que podemos tener varía entre 4 y 7 por noche.

3- Olvidamos el 90% de nuestros sueños. A los 5 minutos de despertar la mitad de lo que soñamos es olvidado, y 5 minutos después, el 90% se ha ido. Por eso, si queremos registrar nuestros sueños en una agenda o diario, es recomendable hacerlo en los instantes siguientes tras el despertar. Luego de eso, lo soñado se olvidará rápidamente.

4- Las emociones negativas son, en general, más comunes en los sueños que las positivas. A la vez, la ansiedad es la emoción que más se experimenta en los mismos.

5-Hombres y mujeres sueñan con diferentes cosas. Los sueños de los hombres suelen tener emociones más agresivas integradas, y los personajes de sus sueños son en su mayoría otros hombres (un 70%). Las mujeres suelen soñar con porcentajes parecidos de personas de ambos sexos.

6- Los animales también sueñan. Se han realizado estudios en diferentes criaturas, y todos han demostrado las mismas ondas cerebrales que la gente demuestra durante el sueño. Seguramente todos hayamos visto alguna vez a nuestra mascota mover sus patas mientras duerme, como si estuviera corriendo, y haciendo sonidos, mientras probablemente soñaba que perseguía a otro animalito o jugaba con su dueño.

7- Si nuestros sentidos son bombardeados de repente por estímulos externos, nuestra mente los incorpora y los vuelve parte de nuestro mundo onírico. Por ejemplo, si una sirena de bomberos suena en nuestro sueño, en realidad estamos físicamente escuchando a un teléfono que está sonando.

8- No todo el mundo sueña a color. Un 12% de la población con visión normal sueña exclusivamente en blanco y negro. El resto lo hace a en colores. Una serie de estudios realizados entre 1915 y mediados de la década del ‘50 indicaron que la mayoría de los sueños eran en blanco y negro, pero los resultados comenzaron a cambiar en la década del ‘60. Hoy en día solo aproximadamente el 4% de los sueños de personas de menos de 25 años son en blanco y negro. Los estudios más recientes sugieren que el cambio en estos resultados pueden estar relacionados con el paso de las filmaciones monocromas a la televisión y cine a todo color.

9- Las personas con ceguera también sueñan. Aquellos que han perdido la visión luego del nacimiento pueden ver imágenes al dormir profundamente. Quienes nacen sin el sentido de la vista no ven imágenes, pero pueden tener sueños igual de vívidos. Estos involucran a sus emociones y sus otros sentidos: el olfato, el tacto, el oído.

10- En nuestros sueños solo podemos ver rostros que ya hemos visto antes. Nuestra mente no inventa nuevas caras, sino que nos muestra aquellas pertenecientes a gente que hemos visto durante nuestra vida, pero tal vez no conozcamos personalmente o siquiera recordemos. Todos hemos visto miles de rostros a través de los años, por lo que el cerebro tiene un inventario infinito de personajes para utilizar.

11- Nuestro cerebro paraliza nuestro cuerpo durante la fase MOR para impedir que realicemos físicamente los movimientos que estamos llevando a cabo en el sueño, y así posiblemente herirnos. La fase REM o MOR es una instancia normal del sueño caracterizada por movimientos oculares rápidos. Esta etapa ocupa en los adultos un 20-25% de una noche de descanso (unos 90 a 120 minutos).

12- Los sueños tienen un lenguaje simbólico. Si alguien sueña sobre un tema en particular, tal vez el mismo no se trate realmente de eso, sino que la situación, persona u objeto representen un símbolo para otra cosa. Analizar los sueños nunca ha sido tarea fácil (ni para el mismísimo Freud), pero puede ser un buen ejercicio de introspección para conocernos mejor a nosotros mismos, a través de los mensajes de nuestro inconsciente.

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