Semillas y concentración de vida: cómo utilizar las semillas para mejorar la nutrición

Semillas y concentración de vida: cómo utilizar las semillas para mejorar la nutrición

Semillas y concentración de vida: cómo utilizar las semillas para mejorar la nutrición

Cómo utilizar las semillas para mejorar la nutrición. Salud y bienestar.

 

Las semillas guardan en su interior, los más excelentes nutrientes de la naturaleza. Al consumirlas, incorporamos una cantidad de elementos nutricionales en su mejor expresión.

Habitualmente, se consumen tostadas o fritas, alterando su verdadero valor con el solo objeto de que sean crocantes, se les incorpora una importante cantidad de sal. De tal forma, un elemento saludable, se transforma en un alimento pesado, indigesto y que eleva la presión arterial, el colesterol malo y los triglicéridos.

Hay diferentes formas de aprovechar las bondades de las semillas: a) consumiéndolas tal como se presentan, b) activándolas antes de consumirlas, c) preparando con ellas agua enzimática.

Debido a los procesos industrializados de cosecha y almacenamiento, es probable que las semillas contengan impurezas de cualquier tipo o también hongos y micotoxinas, algunas muy peligrosas para la salud. Por esto es bueno lavarlas: las dejaremos durante 20 minutos en agua filtrada con dos cucharadas de agua oxigenada de 10 volúmenes, luego las enjuagamos con agua limpia y podemos guardarlas en la heladera.

a- Mediante la activación, que es muy simple, logramos que la semilla desactive los antinutrientes (ácido fítico), pre-digiera los nutrientes realizando un desdoblamiento de estos, y active su contenido nutricio en enzimas y vitaminas. La activación se realiza, colocando medio frasco de semillas y medio de agua purificada, se deja por un par de horas, luego se deshecha el agua y se pueden consumir las semillas o guardar en heladera.

b- Preparación de agua enzimática: se obtiene de las semillas germinadas durante 48 horas, lo cual estimula un saludable proceso fermentativo, aportando excelentes niveles enzimáticos, bacterias benignas, proteínas, carbohidratos, dextrinas, fosfatos, lactobacilos, vitaminas E, B y C.

Se puede utilizar brote de trigo, cebada, alfalfa, lentejas, quínoa, amaranto, mijo, centeno, etc. Se enjuagan los brotes para desechar cualquier hongo indeseable de la fermentación, luego se coloca una taza de germinados por litro de agua, en frasco de vidrio limpio. Se tapa el frasco con un trozo de tul y se fija con una banda elástica, se lo mantiene 48 horas a temperatura ambiente, si es verano y hace calor, se reducirá el tiempo a la mitad.

El resultante será un agua de color ámbar, turbio, de sabor ligeramente ácido y carbonatado, un poco semejante al sabor de una levadura y algo de espuma en la superficie, si le falta fermentación el sabor será amargo, la podemos dejar unas horas más. Si el sabor es agrio, se excedió y habrá que desecharla.

El jugo resultante, mezclado con el jugo de medio limón por litro, se guardará en la heladera. Es una excelente bebida refrescante que admite ser incorporada en jugos, licuados y otras bebidas sanas. Los brotes remanentes utilizarse en las comidas o consumirse como ensalada.

La utilización de semillas como complemento de nuestra alimentación puede incorporarse de manera divertida en todas las recetas, transformándolas en una nueva forma de comprender la cocina hogareña. Por ejemplo, se puede sumar la harina de chia o de lino (para agregar omegas 3 y 9 , mucílagos beneficiosos para el intestino y muchas otras cualidades), o espolvorear sus semillas sobre panecillos o galletas. El sésamo y el amaranto son excelentes nutrientes que se agregan directamente a las recetas, ya que no modifican el sabor ni la textura y aportan nutrición.

 

Sea el primero en comentar

Deje un comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*