Cuando se hace difícil encontrar una salida a la espiral descendente causada por el estrés y la ansiedad abrumadora que traen nuestros atareados días, nada mejor como la música para ponernos en sintonía.
La música tiene la capacidad de cambiar rápidamente nuestro estado de ánimo, afectando hasta nuestra mente subconsciente, donde los pensamientos negativos molestos se alimentan de nuestros miedos y acrecentando la tensión.
Es por ello que escuchar música es una solución relativamente poco costosa, de acción rápida y casi siempre disponible.
Veamos algunas formas de utilizar la música en su rutina diaria para ayudar a manejar el estrés y crear más alegría en su vida.
Levántese con “el pié derecho”: Despierte con Música
Imagínese el sol atornillado en el cielo cada mañana, o si inicia todos los días con una explosión sónica.
Eso es lo que se puede sentir como cuando se despierta a un radio reloj que pasa las noticias de la mañana, una publicidad, o simplemente con el zumbar de una alarma molesta.
Considere la posibilidad de ser un poco más amable con usted mismo.
Trate de despertar con el sonido de una pieza musical familiar le facilite la idea de un hermoso amanecer, o la caricia de un ser querido, de modo que usted comience con un buen estado de ánimo.
Esto es fácil de programar, si usted tiene un teléfono inteligente que le permite asignar una canción como tono de alarma.
Canciones recomendadas (de las llamadas Feel Good Songs): la movida Walking On Sunshine de Katrina & The Waves, o el clásico de Electric Light Orchestra, Mr. Blue Sky.
Medicina diaria: Cante a la par de la canción
Si usted quiere tomar los efectos positivos de escuchar música a un nuevo nivel, trate de cantar.
El canto es una de las mejores maneras de cambiar las vibraciones de nuestros pensamientos y las propias células de nuestro cuerpo, ayudando a regular la respiración y promover la relajación.
Cante en la ducha, en el coche, o tararee una canción de cuna antes de ir a dormir.
Usted puede cantar a capella, o junto a la grabación.
No se preocupe si usted piensa que usted no es un cantante “muy bueno”, no se trata de dar una “gran función”, simplemente de disfrutar de la sensación de la melodía moviéndose a través de usted.
Canciones recomendadas: en general, cualquiera con letra fácil y repetitiva. Por lo general no son genialidades compositivas, pero dan buenos resultados.
El estilo tampoco importa, casi todo se puede cantar o tararear; incluso sin letras puede utilizar las clásicos monosílabas y onomatopeyas que utilizan los coristas para practicar y realizar solfeos.
Emoción en movimiento: muévase con la música
Si usted tiene una rutina diaria de ejercicios, trate de llevarla a cabo con música.
Una caminata a la mañana o correr por las tardes.
Incluso realizar yoga o estiramiento puede ser más fácil y agradable si usted tiene música como su entrenador personal y compañero.
Una vez más, es importante para usted que elija música que funcione para usted y que usted sapa que tendrá el efecto que usted está tratando de lograr.
Esto puede tomar un poco de ensayo y error para resolver en un primer momento, así que asegúrese de tomar nota mental de las selecciones musicales que ayudan a sentirse inspirado y promover un sentido de bienestar personal.
En los Estados Unidos incluso poseen una expresión particular para este tipo de selecciones: es la famosa power mix (que deviene de la expresión power workout music).
Muchos estamos acostumbrados a utilizar música electrónica para este propósito, aunque se puede utilizar música de todas clases y estilos.
Cualquiera sea el ejercicio y el movimiento a realizar, la adición de música en la ecuación puede mejorar el efecto y el rendimiento.
Canciones recomendadas: para ejercicios de aparatos es bueno el heavy metal y derivados (como alternativa a la música electrónica), el tema Holier than Thou de Metallica obtendrá buenos resultados; si realiza ejercicios de estiramientos, puede probar con autores de música clásica del período barroco, que resaltará todo el espíritu que usted intenta despertar con su ejercicio, como por ejemplo las Suits para laúd de J.S. Bach, que lo transportarán a otra era mientras se siente un potentado soberano del siglo VIIIX en su propio hogar.
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