Desde luego que es preciso y saludable hablar de sexo con los niños. La inteligencia de los más pequeños jamás debe ser desestimada y por tal motivo, poner sobre la mesa y tratar en el marco del respeto un tema tan candente y actual como el de la sexualidad hace a la propia educación de ellos. Porque sabemos que llevar a cabo una conversación de esta índole puede tornarse difícil o incómodo, te presentamos en el siguiente artículo algunos elementos a tener en cuenta.
Lo primero que se debe hacer cuando hablamos de sexo con un niño es guiarlo hacia su propio origen sin disfrazar la verdad. En términos concretos, esto sería poder contarle con palabras cómo es que ha sido concebido. Muchas personas llegan a creer que esto es obsceno pero lo cierto es que el niño está preparado psicológica y emocionalmente para entender a ciencia cierta de qué se trata la relación que han construido sus padres.
Por supuesto que para llevar adelante este tipo de conversaciones debemos romper con algunos prejuicios y por supuesto, dejar de pensar para nuestros adentros que hay temas que son tabú. El niño está preparado en este sentido aún más que los adultos, ya que su inocencia no le permite analizar cuáles son los temas que pueden hablarse o no y esa decisión – a veces, difícil decisión- corre por cuenta de los padres.
Hay que estar siempre preparado para atender los requerimientos de un niño. A la hora de conversar -y más aún con un mayor que está predispuesto- la curiosidad del niño no tiene límites. De más está decir que si un niño pregunta lo hace preparado y dispuesto a recibir una respuesta. En este intercambio se da cierta dificultad que como hemos dicho antes, repercute aún más en los adultos que en el niño. Es fundamental ganar la confianza del infante ya que de esta manera, el chico tendrá a sus padres como una fuente indiscutida de consulta en un tema tan actual e importante como es el de la sexualidad.
La propuesta es concreta, para hablar con un niño sobre sexualidad debemos apelar sin duda a la veracidad de nuestros dichos y por supuesto, tenemos que mantener un trato fluido y natural con el pequeño. De esta manera y siempre desde el respeto, mantendremos un contacto saludable sobre una temática que lejos de ser un tabú debe ser conscientemente abordada.
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