Tras las huellas de Napoléon

Campos de cebada hasta donde llega la vista. Hace 200 años se escondieron en ellos los soldados de Napoleón huyendo de las tropas aliadas del general Wellington y los prusianos. Los campos cubren un pedazo de tierra donde unos 180,000 soldados libraron sangrientos combates. En pocas horas murieron el 18 de junio de 1815 un número estimado de más de 40,000 soldados.

Cerca de Waterloo, localidad situada a unos 15 kilómetros de Bruselas, Napoleón dirigió su última batalla. Con más de 5,000 figurantes, 300 caballos y 22 toneladas de pólvora negra se recreará del 18 al 20 de julio la batalla que marcó el fin de dos décadas de guerra en Europa.

 

Tras las huellas de Napoléon

Va a ser la edición más grande hasta ahora de este espectáculo tradicional. En las colinas de Waterloo, Wellington y sus tropas aliadas de ingleses, belgas, holandeses y los prusianos comandados por el general Blücher quisieron detener hace 200 años el avance del emperador de Francia sobre Bruselas. Con varias sangrientas guerras, Napoleón había conquistado a principios del siglo XIX grandes regiones de Europa.

Una visita a los campos de batalla es un viaje impresionante por el tiempo hacia el pasado, a pesar de que hoy han desaparecido casi todas las huellas de los combates. Hace apenas tres años se descubrió el esqueleto de un soldado asombrosamente bien conservado. Sin embargo, la mayor parte de los cádaveres de hombres y caballos fueron enterrados en fosas comunes o incinerados.

Dicen que las piras siguieron ardiendo durante ocho días después de la batalla y que la grasa humana corrió hasta la colindante Chaussee de Charleroi, cuenta Daniel Boydens, quien lleva a los turistas por los campos de batalla. En la elevación donde Wellington y sus soldados esperaron a los franceses se alza desde el año 1826 la Colina del León, que tiene una altura de 40 metros. El rey Guillermo I de los Países Bajos la mandó construir en recuerdo a su hijo, el futuro rey Guillermo II, quien probablemente en este lugar resultó herido en el hombro.

Más de 220 escalones llevan a la plataforma, donde hay un león de bronce de 28 toneladas que enseña los dientes hacia el sur, con dirección a Francia. Desde la colina se tiene la mejor vista panorámica del campo de batalla, uno de los más pequeños en aquellos tiempos. Abarca una superficie de unos 2,500 hectáreas entre los municipios de Braine-l’Alleud, Genappe, Lasne y Waterloo. Miles de personas murieron aquí hace 200 años.

Una lucha cuerpo a cuerpo que el poeta francés Victor Hugo describió como «terremoto». En su libro «Los Miserables», Hugo escribió. «Nunca antes se habían juntado tantos soldados en una zona tan reducida como en Waterloo, lo que explica la terrible carnicería».

Desde 1914, los campos de batalla están protegidos legalmente. Hace dos años se inauguró el Panorama de la Batalla, que se encuentra debajo de la Colina del León. En el edificio, de estilo neoclásico, hay una pantalla de 110 metros de largo y 12 metros de alto en la que se representa de forma muy realista, con la ayuda de efectos especiales, el desarrollo de los combates.

Hace pocas semanas se inauguró en la elevación el Memorial 1815. Aquí, otro viaje por el tiempo espera al turista. En una película 3D, el visitante, cogido de la mano por un joven tamborilero, entra en el centro de la batalla.

Sea el primero en comentar

Deje un comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*