¿Por qué no podemos ignorar el llanto de un bebé?

Seguramente te ha pasado de estar en un lugar público, donde no puedes alejarte demasiado y escuchar a un bebé en pleno ataque de llanto. En ocasiones, los pequeñitos tan sólo quieren llorar y no hay mucho que sus padres puedan hacer por ellos.

Claro que hay padres que desarrollan una “admirable” capacidad para ignorar a sus hijos, y mientras todo el mundo sólo desea que se calle el niño, ellos como si nada (que también los hay). Lo cierto es que pocas cosas son tan perturbadoras y molestas para el oído humano como el llanto de un bebé. ¿Por qué será que nos resulta imposible ignorarlo?

Diversos estudios han conseguido comprobar que se trata del sonido más difícil de tolerar para el humano. En la Universidad de Oxford, por ejemplo, las pruebas lo pusieron por encima de otros como una turbina de avión o un martillo neumático. Y eso se debe a una razón evolutiva.

Es así que al oír el llanto de un bebé, se desencadena en nuestro cerebro una potente respuesta. Estamos programados para intentar “acallar” ese sonido tan molesto lo más rápido posible. Así, nuestra propia especie se preserva. Al hacernos vulnerables al llanto del bebé, la naturaleza se asegura que atenderemos sus necesidades y así sobrevivimos como especie.

El estudio de Oxford encontró que al oír llorar a un bebé, se activan dos regiones del cerebro involucradas con la respuesta emocional. Una es la región temporal media, que tiene desempeño en el procesamiento emocional y el habla, y la otra área es la corteza orbitofrontal, zona donde se ubica el sistema de recompensa y el procesamiento de las emociones.

El sonido que produce el llanto de un bebé logra captar la atención de un adulto de una forma que ningún otro sonido logra hacer. Nos pone en estado de alerta, y eso es lo que hace imposible – por ejemplo – dormir en un avión si un niñito tiene un ataque de llanto. Los padres recientes, de sobra saben que es cierto.

Se activa en los adultos una respuesta al instinto de supervivencia, debido a que el llanto es la forma del bebé de expresar que se encuentra frente a una situación de peligro, ya sea que tenga hambre, frío, calor o necesite estar en brazos. Es por eso que la reacción ante el llanto es primaria e inconciente, y nos resulta imposible bloquear la respuesta de estrés que nos genera.

Esta evidencia contradice por completo la creencia tan arraigada durante décadas, que señalaba que a los bebés “había que dejarlos llorar para que no se malcríen”. El sufrimiento causado a sus padres al intentar ajustarse a esta absurda idea, ha de haber sido inmenso, por no mencionar el del propio bebé.

Es que además de resultarnos tan difícil de ignorar, el llanto del bebé no debe ser ignorado porque se desencadenaría en el niño una respuesta muy negativa.

Al llorar durante un tiempo prolongado, aumenta en el bebé su frecuencia cardiaca en un mínimo de 20 pulsaciones por minuto y también la presión sanguínea, con lo que se produce una menor oxigenación de la sangre que llega al cerebro. Al cerebro llegue sangre con mayor presión en la fase de esfuerzo y disminuya bruscamente en la de descanso, aumentando el riesgo de hemorragias cerebrales

El nivel de cortisol, la hormona del estrés, se eleva considerablemente, dejando al niño en un estado de estrés emocional intenso. El cortisol actua como un inmunodepresor.

Además, el bebé traga aire (un promedio de 360 mililitros), causando molestias gástricas, y dificultades en la digestión, lo cual aumentará el llanto (los famosos cólicos).

Al mismo tiempo, los leucocitos aumentan, como si luchara contra una infección y se ve disminuida la cantidad de saturación de oxígeno en sangre.

A largo plazo, hay estudios que muestran efectos en el desarrollo cerebral de bebés sometidos a altos niveles de estrés prolongado. Se vuelven personas con menor capacidad de tolerar la frustración y mayor tendencia a la ansiedad en su vida adulta.

La naturaleza es sabia. El llanto del bebé, es cosa seria. No existe tal cosa como el capricho en una criatura de meses. Hazle caso a la reacción de tu cerebro y calma a ese bebé.

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