Cómo estimular la expresión gráfica en la infancia

La importancia de la expresión gráfica en la infancia

Cómo estimular la expresión gráfica en la infancia

Cómo estimular la expresión gráfica en la infancia. Educación y pedagogía.

 

Desde antes del año de vida, un niño ya hace el intento de descubrir qué sucede cuando sus garabatos se plasman en una hoja de papel. Con el tiempo, y un  trazo más firme, se encuentra con que puede representar -a través del dibujo– figuras humanas, un árbol, una casa, su mascota, etc.

Muchos estudios sugieren que el dibujo va en concordancia con el desarrollo madurativo y que puede arrojar datos acerca de ciertos déficits en la evolución esperable tanto psíquica como motora. Si bien esto es, en parte, cierto ya que la expresión gráfica es un camino lleno de información acerca de cada pequeño; muchas veces se tiende a sobrestimar aspectos patológicos por sobre otros que no están estandarizados pero que contienen un valor de carácter simbólico para el niño. Ellos vuelcan en esa hoja de papel parte de ellos mismo.

Cuando un niño dibuja y da como obsequio su creación, está dándose a si mismo, está queriendo contar algo, expresar sus sentimientos y está buscando ser escuchado y atendido.

Hay niños que dibujan todo el tiempo y regalan sus dibujos en forma continua, otros solo pintan y rayan figuras amorfitas, otros son muy detallistas (sobre todo las nenas), algunos usan colores, otros no. Cada dibujo es único para ellos y aman ver lo que crean en algún lugar de la casa, como en la heladera o enmarcado en algún cuadrito.

Poder compartir con los padres momentos de recreación a través del arte traslada al niño a un mundo de fantasías en donde todo es posible, junto con el juego, el arte desarrolla su capacidad creadora, motora e intelectual.

Muchas veces los padres piensan qué hacer con ese niño al que tanto le cuestan las matemáticas o la literatura. Se sientan junto a ellos tomando cuadernos, libros y lápices frente a un pizarrón, de algún modo improvisan una pseudo escuela hogareña.

Por supuesto se invierte tiempo y buena voluntad porque lo que se desea conseguir es mejorar el rendimiento de ese hijo o hija. Los resultados llegan tarde o temprano pero, mientras tanto, y sin darse uno cuenta, la sobrecarga entre las exigencias escolares y la presión que implica reproducir el mismo sistema en el hogar, aumenta el estrés del niño llegando, muchas veces, a un punto de saturación.

Hacer del aprendizaje un espacio de recreación hará que no solo aprenda, sino también a que no olvide nunca más lo aprendido.

La creación a través de la expresión gráfica es un punto de partida para llevar esto a cabo, al igual que los juegos, estimulan la inteligencia, la concentración y, sobre todo, aumentan la motivación del niño por aprender.

Explorar este mundo fantástico de los chicos otorga herramientas muy valiosas en el conocimiento de lo que piensan y sienten; a su vez propicia y aumenta la curiosidad que es lo que da paso a futuros investigadores. Toda limitación en la expresión a través de los dibujos o los juegos, hacen del pequeño ser en desarrollo una persona potencialmente frustrada.

Cuantas veces pasa que en medio de una conversación llegan ellos contentos porque están convencidos de que ese es su mejor dibujo y que a mamá y a papá, les encantará. En el preciso momento en que tironean de las faldas o pantalones para mostrar lo que hicieron, lo primero que escuchan es un “espera, estoy hablando” o “qué lindo (…) bueno anda, seguí dibujando después lo veo bien”; en otras ocasiones aun más desafortunadas halagan el dibujo sin siquiera verlo, subestimando la inteligencia del infante quien percibe la falsedad de la afirmación del adulto. También existen otras tristes situaciones claves para el niño que se producen cuando los adultos a cargo critican el dibujo diciendo “¡pero eso es un mamarracho!”.

A no olvidar que los dibujos y lo que en ellos se expresan forman parte del niño, en ellos proyectan lo todo, incluso lo que no dicen verbalmente.

Apreciar lo crean es también otra forma de mostrarles cuánto se los ama.

 

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