La importancia de seguir escribiendo a mano

A pesar de que la tecnología sigue su avance imparable, son cada vez más los estudios científicos que aseguran la importancia de seguir escribiendo a mano.

En las escuelas se relativiza la incidencia que tiene la escritura en el aprendizaje. Un dato no menor, es que en Estados Unidos se pide a los alumnos una escritura legible en jardín de infantes y primer grado. A partir de ese momento se les solicita solamente habilidades con el teclado.

Las nuevas evidencias que llegan de la mano de las neurociencias, sugieren que la relación entre la escritura a mano y el desarrollo educativo de los niños tiene implicancias mucho más profundas. Está comprobado, por ejemplo, que  los chicos aprenden a leer más rápido cuando aprenden a escribir primero a mano, además desarrollan mayor capacidad de generar ideas nuevas y de retener información.

«Cuando escribimos, se activa automáticamente un circuito neural exclusivo de la escritura -dice Stanislas Dehaene, psicólogo del Collège de France-. En la palabra escrita se produce un reconocimiento central de la expresión, una especie de reconocimiento por simulación mental en el cerebro.»  En síntesis, redactar a mano ayuda a fijar conceptos y a mantener la mente activa. Además se favorece el aprendizaje de formas, símbolos y lenguas. Ayuda también  a expresar mejor los pensamientos y las ideas.

Algunos estudiosos sostienen que el peligro que generan las nuevas tecnologías verdaderamente es el  “descentramiento de la memoria”, ya que toda la información se almacena en dispositivos y las personas ya no somos capaces de recordar  ni siquiera un número de teléfono.

Los principales motivos por los que los expertos recomiendan seguir escribiendo a mano son que usando un bolígrafo se piensa más lo que se expresa y se adquiere mayor concentración. Los estudios de neuroimagen evidencian que el cerebro se activa más cuando se escribe que cuando se teclea.

Entre ellas, se crea una representación interna de las letras que involucra la integración de las áreas visuales y motoras del cerebro. También se activan zonas relacionadas con la ortografía, sonido y significado  de las palabras. Estas áreas se relacionan con la comprensión del lenguaje y de la lectura.

Los beneficios de escribir a mano, no solo se remiten a los niños; para los adultos  tomar notas con algún dispositivo tecnológico es menos efectivo para el aprendizaje que hacerlo a mano. Quienes lo hacen de esta manera tienen un aprendizaje más profundo de los conceptos, los que teclean tienen un recuerdo más literal, pero menos memoria de los aspectos conceptuales importantes de una clase, por ejemplo.

Cuando se escribe a mano, tomando apuntes por ejemplo, no se toma nota de todo porque no alcanza el tiempo. Por ello, se selecciona, se integra y elabora el contenido con lo más importante, incluso se tiene la posibilidad de colocar flechas, notas, algo que es mucho más difícil de hacer con una computadora.

«Lo importante no es escritura a mano frente a los dispositivos tecnológicos, sino que a mano procesamos la información de una forma mucho más activa que si usamos el teclado. Para que el cerebro aprenda hay que retarlo, ponerle al límite de lo que sabe y lo que no. Y así es como va adquiriendo nuevos conocimientos de forma sólida»

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