Los Senderos de la muerte vs. El Camino de la vida. Conexión mente emociones cuerpo

Conexión mente emociones cuerpo

Conexión mente emociones cuerpo

Conexión mente emociones cuerpo. Salud emocional

Hablemos  sobre las decisiones que tomamos a cada momento, miles de decisiones, miles de elecciones, algunas son automáticas, otras no tanto y sólo algunas se realizan en forma consciente. A lo largo de la vida ejercemos el libre albedrío naturalmente, pero, tal como hablamos antes, solemos hacernos adictos a ciertas conductas, ciertas emociones. Nuestro cuerpo va tomando una forma, modelado a imagen y semejanza de nuestra manera de vivir. Si vives deprimido, tu cuerpo se encorva, miras al piso; si eres irascible, la ira te hará ver tenso, con el torso levantado, listo para confrontar. Más internamente, los órganos registran esta química que se distribuye selectivamente. Si vives angustiado, tu corazón se debilitará; si sientes miedo, tus riñones acusarán recibo; si te enojas fácilmente, tu hígado se inflamará; si te preocupas por todo, tu bazo y tu páncreas lo reflejarán. Si rechazas a tu entorno, te proteges demasiado, generas un escudo de alergias de cualquier índole, asmas, psoriasis, etc.

Cada día más profesionales de la medicina occidental, reconocen la unión ineludible entre el cuerpo, las emociones y la mente.

El tema que nos ocupa hoy se refiere a la repetición establecida, de conductas que responden a un patrón mental y emocional. Nuestra mente forma el hábito de pensar de cierta manera, en consecuencia, el cuerpo se encarga de reflejar una y otra vez el mismo código. Pondré un ejemplo gráfico: si vamos al mismo campo todos los fines de semana y nos dirigimos al mismo lugar, sorteando tramos de arena y barro, para llegar al punto donde haremos  nuestro picnic, al cabo de un tiempo el recorrido será claramente visible, habremos trazado un sendero y seguiremos transitándolo aún cuando no sea una buena opción y siempre terminemos embarrados.

Así funciona la mente, interpreta la realidad según una forma que reconoce, genera las mismas emociones y nos afecta el cuerpo de la misma manera. Con el tiempo el sendero es tan grande que los pequeños síntomas en el cuerpo se transforman en enfermedades y las emociones en patologías psíquicas. Si siempre estás apurado y preocupado, si no te detienes a descansar, sentirás el efecto en tu cuerpo. Úlceras, colon irritable, hígado graso, diabetes emotiva, impotencia, frigidez, incluso tumores, enfermedades renales, hipertensión… en fin, es una larga lista, un largo sendero trazado a fuerza de pequeñas y grandes malas decisiones.

Te propongo abandonar estos senderos, conocidos y “ cómodos” para aventurarte a inventar un nuevo camino, a base de nuevos hábitos y  mejores decisiones. Replantear tu forma de llevar adelante al ser que eres.

Algunas personas dicen con cierto orgullo:  ”Yo ya soy así, a esta altura no voy a cambiar, así he sido siempre, esta es mi personalidad”. Tener una actitud repetitiva y reincidente se interpreta como fortaleza de carácter y seguridad en sí mismo. ¡Nada más alejado de la verdad! Aferrarse a una manera de ser que ha demostrado, con certeza, ser perjudicial para nosotros en todos los aspectos, no es sino una muestra de debilidad frente a nosotros mismos. Los hábitos erróneos que hemos desarrollado sólo son  una prueba fehaciente de nuestro miedo al cambio. Preferimos seguir enfermando antes que derrumbar estructuras construidas sobre el orgullo de un lastimoso ego. ¿Elegiremos seguir por el mismo sendero que nos ha llevado a una conocida trampa de arena y barro?

El cambio es nuestra prerrogativa como especie inteligente. El cambio es evolución. Si lo que comes te ha hecho daño cientos de veces desde que lo probaste, entonces prueba alimentos nuevos, que mejoren tu salud. Si la adicción al cigarrillo te ha quitado capacidad aeróbica y toses por las mañanas, es tiempo de abandonar ese cilindro de papel con petróleo. Si confrontar a los demás te llevó a perder a tus amigos, si tus celos alejaron a quien amabas, si caminar con tacones altos afectó tu columna… pues simplemente cambia ahora!

Algunos comentarán que no es fácil. Y así es, pero ¿realmente crees que el sendero conocido sí es fácil? ¿Te sientes bien enojándote por cualquier nimiedad y sintiendo tu presión sanguínea subiendo peligrosamente por tus arterias? Te resulta sencillo tomar diez medicamentos por día para controlar tu azúcar, tu depresión, tu presión, tu corazón, tu ansiedad y tu colon?

Estoy convencida de que los senderos conocidos y especialmente los atajos, parecen fáciles, pero a la larga nos llevarán a un punto muy complicado, donde no queríamos estar.

El camino real, el del trabajo consciente, nos transporta a una existencia plena, relajada, donde las cosas y los asuntos tienen una justa proporción e importancia. Importa más respirar que las acciones, los muertos no cotizan en bolsa. Vale más una cena con música que cien reuniones de negocios exitosos. Ordena tu lista de prioridades y en el primer renglón coloca tu nombre con grandes letras mayúsculas. Este es, en realidad, un camino que te hará las cosas fáciles, te sentirás mejor, sonreirás, respirarás, amarás y las circunstancias, incluso las que necesiten una solución, serán amenas para ti, porque se sincronizarán con tu naturaleza inteligente. Hazle más caso a tu animal interior, deja que la tierra toque tus pies, que el aire llene tu pecho, que el hecho de ser saludable sea tu rasgo de fortaleza personal.

Ejercicio de conciencia :

Escribe dos columnas, en una, la lista de tus senderos erróneos y en la otra, la de los caminos conscientes que has tomado hasta hoy. Cada día haz un pequeño cambio, tacha el sendero que ya no transitas y subraya el camino nuevo que vas a recorrer. Poco a poco te darás cuenta de que el miedo se va, que es más divertido cambiar que sostener lo viejo. Suelta un poco lo que aferras, recibe lo nuevo con una sonrisa. Evoluciona, es lo que mejor sabe hacer tu ser interior.

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