¿Cómo potenciar la autoestima de nuestros hijos?

La AUTOestima en una persona es el conjunto de creencias o sentimientos hacia nosotros mismos, las percepciones que tenemos de nosotros mismos. Sin lugar a dudas, la manera en que nos definimos influye en nuestras motivaciones, actitudes y comportamientos; un conjunto de elementos que condicionan nuestra vida.

Desde edades muy tempranas comienza a forjarse en el ser humano una imagen de sí mismo que lo acompañará a cada paso. Una autoestima sana es la defensa que protegerá a nuestros hijos frente a los desafíos de la vida. Esta ampliamente comprobado que los niños que se sienten bien con ellos mismos son capaces de manejar mejor los conflictos y resistir las situaciones negativas. Son niños realistas y optimistas.

Para los niños con baja autoestima los desafíos pueden convertirse en obstáculos para su vida y pueden ser fuentes de ansiedad y frustración. Por lo general, en la edad adulta estos niños encontrarán dificultades para la solución de problemas.  Podemos observar esta tendencia en nuestros hijos si expresan por ejemplo:  “no soy suficientemente bueno”, “no puedo hacer nada bien”, esto los puede tornar pasivos, retraídos y depresivos. Ante un nuevo reto su respuesta inmediata será : “no puedo”.

Frente a esta situación los padres tenemos un rol importantísimo para lograr que nuestros hijos tengan una autoestima sana. Tenemos que saber que es una variable que fluctúa  a medida que los niños crecen. Cambia, se reajusta, afectada por las experiencias y las nuevas percepciones del niño. Es muy útil que los padres sepamos cuáles son los signos de autoestima sana o no sana.

Los padres sabemos en realidad que la autoestima es un sentimiento fugaz, a veces nos sentimos bien con nosotros mismos, a veces no. Lo que debemos  enseñar a nuestros hijos son habilidades que le duren para  toda la vida, como la capacidad de adaptación.

Podemos  hacerle sentir a nuestro hijo que es aceptado, que es capaz y sus contribuciones son valiosas y valen la pena. El niño debe sentirse orgulloso de sí mismo y debe sentir respeto por él. Debe poder confiar en su capacidad para enfrentar los retos de la vida.

Algunas medidas que podemos tomar los padres para fortalecer su autoestima son:

  1. Darle amor incondicional. La autoestima de un niño florece con la devoción incondicional que transmite el amor. Nuestro hijo se sentirá mejor si lo aceptamos tal y como es, sin importar cuáles son sus puntos fuertes, sus dificultades, su temperamento o su destreza. Así que hay que darle mucho amor, abrazos y besos. Cuando haya que disciplinarlo, se le debe aclarar que es su comportamiento y no él lo que es inaceptable.
  2. Brindarle atención. Hay que hacer un tiempo para dedicarle a nuestro hijo atención completa. Eso le ayudará a reforzar la sensación de que es valioso e importante para ti. No tiene que ser mucho tiempo, pero, por ejemplo, si el niño quiere hablar con nosotros, debemos dedicarle toda la atención. Mírarlo a los ojos para que sepa que realmente lo estamos escuchando
  3. Establecer límites. Establece algunas reglas razonables. Es importante que sepa que algunas reglas no se pueden cambiar. Es posible que tengas que repetir muchísimas veces las reglas que estableciste, antes de que las siga.
  4. Fomentar riesgos saludables. Animar a nuestro hijo a que explore algo nuevo, como probar comida diferente, hacer un nuevo amigo o andar en bicicleta. Aunque siempre existe la posibilidad del fracaso, sin riesgos no hay oportunidades para el éxito.
  5. Dejarlo que cometa errores. Lo más seguro es que nuestro hijo cometa errores. Sin embargo, los errores también son lecciones valiosas para que tenga confianza en sí mismo. Cuando  cometamos un error es bueno admitirlo.
  6. Celebrar lo positivo. Hacer un esfuerzo por reconocer, todos los días, las cosas buenas que hace tu hijo y decirlo en voz alta. Así tendrá la sensación de haber logrado algo y su autoestima se fortalecerá.
  7. No comparar. Este tipo de comentarios simplemente le recordarán a nuestro hijo sus defectos. Es probable que sienta vergüenza, envidia y presión por competir. Si le decimos que lo apreciamos por ser como es, será más probable que se valore a sí mismo.

 

Sea el primero en comentar

Deje un comentario

Tu dirección de correo no será publicada.


*