Yoga para niños

En la época en que vivimos, con poco tiempo para el ocio, largas jornadas laborales, ritmo vertiginoso, entre otras cosas, los niños también sufren las consecuencias del estrés. Cansancio, sobrexcitación, ansiedad, angustia y apatía son algunos de los síntomas que suelen manifestar. Esto se evidencia de manera notoria en los colegios, donde se multiplica el malestar entre los alumnos y se manifiesta a través de hechos de violencia.

 

Yoga para niños

Por eso, cada vez son más las escuelas que adoptan algunas de las enseñanzas y técnicas del yoga para los niños. La práctica del yoga les permite relajarse en primera instancia, concentrarse y permanecer quietos en un mismo lugar durante un tiempo considerable.

A pesar de ser una disciplina milenaria, solo desde hace un tiempo se está dirigiendo al público infantil; en este sentido, las clases se estructuran de acuerdo a la etapa madurativa de los niños, motivándolos a través de recursos lúdicos y artísticos. Como recomendación de los expertos lo ideal es que los niños comiencen a los 6 años con la práctica del yoga. Hay algunos otros que sostienen que desde bebés pueden hacer algunas posturas de yoga.

En el caso de los más pequeños, se trabaja en conjunto con la mamá para fortalecer tres aspectos: el vínculo, la motricidad, y la psicomotricidad. Además se suelen agregar masajes Shantala, milenaria técnica hindú.

Además de las clásicas posturas y ejercicios, se puede incluir en las clases: canciones, cuentos o viajes imaginarios. Las mismas “asanas” o posturas que realizan los adultos pueden ser ejercitadas por los niños con un poco más de dinamismo. Cada “asana” posee el nombre de un animal y cuánto más complicada es, más les divierte a los niños.

Algunos de  los beneficios más importantes del yoga para niños  son:

  • Relajación
  • Ejercitan la respiración
  • Desarrollo y destreza de los músculos motores
  • Flexibilidad en las articulaciones
  • Mejora de las posturas de la columna vertebral
  • Estimulación de la circulación sanguínea
  • Mejora de la autoestima
  • Reducción del estrés
  • Perfeccionamiento de los sentidos
  • Armonización de la personalidad y el carácter
  • Conciencia del propio cuerpo
  • Integración con los demás
  • Confianza en sí mismos

Los niños en la actualidad están sobrestimulados con muchas actividades y medios de comunicación; en este sentido, las técnicas de respiración que se enseñan en el yoga ayudan a controlar ese exceso de información.

En estas clases también se realizan ejercicios de respiración para iniciar la reeducación respiratoria; los niños a partir de los 3 o 4 años suelen comenzar a respirar por la boca o llevar el aire al pecho, con respiraciones muy cortas y agitadas. El inhalar y exhalar por la nariz es fundamental para que el niño pueda estirarse y obtener el equilibrio necesario para comenzar con la práctica de las posturas.

Además de las escuelas donde ya se están empezando a implementar clases de yoga para los niños, en la casa, los padres y demás integrantes de la familia, pueden ir acompañando a los niños en esta práctica de una manera cotidiana y amena. Muchas de las posturas y conceptos del yoga van a ir siendo incorporados por los niños paulatinamente y a través del ejemplo.

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