Vida extraterrestre. ¿De veras crees que somos los únicos del universo?

La idea de que especies inimaginables coexistan con nosotros en esta galaxia, ha fascinado a científicos, escépticos y creyentes de todo el mundo, desde hace más de un siglo, en todo el mundo.

En 1960, un radiotelescopio se lanzó al espacio a fin de captar ondas de radio. Claro, jamás hubo una respuesta, esta forma de comprobación de vida extraterrestre es muy poco eficiente, si tomamos en cuenta que el tipo de emisiones de onda que captaría se corresponde con una tecnología muy básica, captar algo significaría que alguien utilizara exactamente la misma forma de comunicación en la misma frecuencia. Algo por demás improbable.

Los testimonios abundan, tanto de personas comunes, como de aviadores, militares y científicos de mente abierta. Avistamientos documentados por décadas son incansablemente, negados por los investigadores que dependen del estado (especialmente norteamericano).

El investigador Drake, en 1960,  se planteó esta pregunta: “¿hay alguien allí?” y para responderla, elaboró una compleja ecuación, en la que aún hoy se basan los científicos. Según ésta, podrían existir unas 10.000 civilizaciones además de la nuestra. La idea es apasionante, más que el pensamiento de que estamos solos y que la evolución solo se expresa en este planeta. Creer que somos el punto máximo de la evolución contrasta con la simple visión del estado al que llevamos a nuestro propio mundo.

En los últimos años, grandes hallazgos sorprenden a los más escépticos: inmensas ciudades bajo el mar que datan de una antigüedad de 50.000 años, con restos cuyas proporciones no se corresponden con el tamaño de nuestra especie. Cientos de señales contradicen la creencia de que no se comunican o que no existen pruebas.

Sin ser una fanática de la Ufología, mi razonamiento natural me dice: ¿por qué no?, si los astrónomos han calculado que podría haber al menos 700.000 triillones de estrellas, y cada una puede ser un sol como el nuestro, albergando en su calor un grupo indefinido de planetas. Sería una necedad imaginar que, en toda esa fastuosa existencia de elementos químicos, ninguna combinación diera como resultado, la existencia de vida.

De todas maneras, prima ocuparnos del planeta en que vivimos, tomando conciencia de su pequeñez, respecto al todo universal, pero que es tan grande para nosotros, que aún no logramos comprender su naturaleza y armonizarnos con él.

Se gastan millones en buscar agua en otros planetas, pero no invertimos en tecnología sustentable que nos permita conservar la que tenemos aquí. La gran paradoja del sistema humano, expresándose en términos sencillos, se desea lo que no se posee, se descuida lo que se tiene.

Es muy posible que no estemos preparados para saber más de lo que sabemos, qué podríamos ofrecer a civilizaciones extraterrestres, una historia de guerras, desertificación, extinción de valiosas especies, pésimo uso de los recursos naturales… en fin, pocos motivos de orgullo,  por el momento. Tal vez en un futuro, cuando hayamos madurado lo suficiente, cuando seamos dignos habitantes de nuestro ámbito natural, la posibilidad de una conexión con otras formas de vida se haga realidad. Por lo pronto tenemos que aprender a convivir con las especies que nos rodean y acompañan, no como “dueños”, sino como protectores conscientes.

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