Una escultura silenciosa rodeada de quietud

La casa se sitúa en el centro de la parcela, respetando los límites de construcción y ratio. Se erige como un volumen unitario, un objeto que propone su máxima dimensión. Su forma ha sido influenciada por elementos físicos, morfológicos y por el programa de usos.

La idea inicial del proyecto es la de extender la edificación dentro de la parcela, ocupando la superficie máxima permitida, rodeando los árboles existentes con el fin de preservar el máximo de árboles posibles; la forma fue adaptada sucesivamente al programa con el fin de adquirir la configuración final.

La geometría del edificio se divide en cinco cuerpos principales o pabellones (1. Escalera de entrada y sala de manualidades, 2. Cocina, 3. Sala de estar, 4. Suite, 5. Dormitorio niños) separados por patios y todos conectados por un distribuidor central que sirve a la diferentes salas. Esta parte central está cubierta por un techo plano; de esta sala central, los cinco cuerpos están cubiertos con una inclinación de 30° (desde el centro hacia el exterior – a diferencia de los techos convencionales), lo que permite la variación de altura entre cada una de las partes y la creación de un volumen atractivo.

Cada cuerpo está aislado de los demás, tiene su propia orientación y sus propios puntos de vista al exterior. Diferentes patios situados entre los cuerpos permiten la entrada de luz natural y la integración entre el espacio interior y el espacio exterior.

Así como los pabellones, también los patios tienen una orientación diferente, como cortes de un cuerpo principal que siguen diferentes ángulos y amplitud. De alguna forma los visitantes nunca tienen la misma visión y percepción del espacio. Diferentes ángulos, variedad de puntos de vista, variedad de colores, variedad de luz.

Ese es el enfoque principal de la casa: capturar segmentos de luz natural y su cambio en el espacio a lo largo del día y del año en función de las estaciones y del clima. Este recurso contribuye a obtener una imagen cambiante de la casa. La mirada del visitante puede pasar a través de diferentes patios y las reflexiones delcristal ofrecen interesantes efectos de luz y colores.

La piel de la casa es continua; no hay ninguna fractura entre las fachadas y el techo. De acuerdo con la normativa local, el color escogido es crudo y terroso, con el fin de conseguir una integración perfecta entre la naturaleza y la construcción. Similar a los troncos de los árboles y al suelo, el color de la casa se adapta perfectamente con la gama de colores ocres del entorno. Cuando el arbolado vaya creciendo y complementando la vegetación ya existente, con el paso de los años se podrá alcanzar el objetivo de descubrir la casaoculta tras los árboles.

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