Trastorno obsesivo compulsivo: lavadores y limpiadores

En la superficie, los temores de contaminación asociados con el Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) no parecen ser un tema muy complicado. Después de todo, la suciedad, los gérmenes, el lavado… ¿qué podría ser más simple? De hecho, cuando miramos más cerca, la contaminación y el TOC son una combinación un poco más complicada.

En primer lugar, este problema se compone de dos partes: las obsesiones de contaminación y compulsiones de de-contaminación.  De modo que las personas que compulsivamente lavan y limpian se pueden dividir en dos grupos: los que evitan ser dañados o propagar daño a los demás a través de la contaminación, y los que sienten malestar o contaminación por sustancias específicas, pero no están preocupados por el daño.

 

Obsesiones de Contaminación

Examinemos en primer lugar la naturaleza de los temores de contaminación obsesivos. A diferencia de la creencia popular, la contaminación no se limita simplemente a la suciedad, los gérmenes y virus.

Este primer grupo de pacientes por lo general se preocupaba por contraer una enfermedad relativa a la contaminación, que en algunos casos puede implicar la responsabilidad de la difusión de la contaminación a otros. Por ello, rituales de lavado se realizan intentando evitar este peligro percibido.

Obviamente, la lógica tiene poco que ver con estos temores. La creencia aquí es que cualquier nombre, imagen, concepto, o características de ciertas personas u objetos pueden ser transferidas “mágicamente” con sólo pensar en ellos o por entrar en contacto casual con ellos. Esto puede tener un efecto incapacitante devastador.

Las personas con temores de contaminación normalmente se involucrarán en lavado excesivo para eliminar la suciedad y los gérmenes, o simplemente para sentirse limpios. Esto a menudo implica el lavado de manos excesivo o repetido. El lavado de manos se puede realizar de una manera ritual, donde la persona se limpia cada dedo individual y a veces incluso debajo de cada uña. No es raro que las personas con este tipo de TOC tengan las manos de color rojo y agrietadas, y pueden incluso sangrar. Una vez que las manos están limpias, la persona va a continuar cerrando cuidadosamente el grifo con otro objeto, como la toalla o servilleta, para evitar la re-contaminación de las manos. Los “lavadores” compulsivos también pueden participar en el uso excesivo de desinfectantes para las manos entre las idas al lavabo.

A su vez, la ducha excesiva o ritualizada, el bañarse, cepillarse los dientes, arreglarse, o una rutina higiénica pueden ser parte de toda otra serie de “medidas” para prevenir o eliminar el contacto con los contaminantes (como por ejemplo, usar guantes durante estas tareas).

 

Compulsiones de De-contaminación

Los individuos del segundo grupo tienden a tener menos obsesiones identificables y a participar en compulsiones de limpieza sólo para aliviar las molestias asociadas con una sensación de “suciedad”. Las personas con este tipo de TOC suelen tener fuertes reacciones de disgusto.

Los rituales de lavado y limpieza son el síntoma más conocido y ampliamente reconocido del TOC. Las personas con este tipo de TOC pueden ser descritos en la realización perpetuamente de actos compulsivos de de-scontaminación. Éstas personas pueden pasar un montón de tiempo realizando una limpieza con artículos para el hogar u otros objetos inanimados. Por ejemplo, una persona con este tipo de TOC podría lavar sus zapatos, tarjetas de crédito, teléfono celular, u otras cosas que puedan haber estado en contacto con algo que pueda ser considerado sucio o contaminante.

A su vez, también buscan evitar los contaminantes, siendo que a menudo hacen todo lo posible para evitar que algo se ensucie. Pueden evitar tocar sus zapatos empujando el talón de un zapato con la otra. Ellos pueden usar una manga o un pañuelo para abrir la puerta, como otras variaciones.

Dos famosos personajes con TOC de limpieza:

 

Hay otra categoría que incluye elementos más vagos. Por ejemplo, hay algunos enfermos que temen tocar el suelo, el suelo al aire libre, o cualquier objeto público (el viaje en transporte público está fuera de la cuestión, la sola idea puede despertar toda una serie de “incomodidades”). Cuando se le pregunta acerca de qué es lo que temen sólo pueden responder “Realmente no lo sé, sólo se siente sucio para mí.” También hay casos en que un paciente va a llegar a la idea de que otra persona se contamina de alguna manera, aunque no pueden decir exactamente por qué. Puede ser un completo desconocido como un miembro de su familia cercana.

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