¿Qué es la miel de abejas?

Los sabores que la naturaleza nos ofrece, son sin duda los manjares y exquisiteces provenientes del eficiente funcionamiento del ecosistema en conjunto con las criaturas que la habitan. El humano se nutre y se vale de lo que otros animales son capaces de producir, encontrando en ellos sustancias proteicas y nutrientes que están presentes en los banquetes diarios de los comensales, tal es el caso de la leche, producida por la vaca y todos los alimentos que contienen lactosa, del cual estos derivan, o los huevos de la gallina, un ejemplo de un alimento lleno de proteína, sin mencionar a la flora y su infinidad de variedades en frutos.

Pero además de lo anteriormente citado, existe un alimento que es resultado de una ardua labor de diminutas criaturas que son sorprendentes en su forma y estilo de vida, nos dirigimos a las abejas y su más representativo elíxir, la miel.

Aunque le resulte chocante, la miel es el vómito de néctar de las abejas, sin duda el vómito más delicioso que podemos probar.

La miel es sin poner en tela de juicio, un alimento riquísimo, con un sabor naturalmente inimitable, en el que el ser humano no interviene en su proceso de elaboración, éste solo se limita a la explotación de las abejas y a la extracción de su abundante suministro de miel.

Todo comienza con un insecto conocido con el nombre de Abeja, este no es más que un insecto himenóptero y es la única especie de Abeja, capaz de producir miel. El tipo de abeja encargada de la producción de miel es conocida como Abeja melífera y es la que se encuentra en los apículos, siendo así de cierta forma domesticada por el apicultor.

La fuente de alimento de las abejas está compuesta a base de polen y néctar, el cual extraen de las sepas de las flores de forma electroestática, adosando partículas de polen a sus cuerpos y descargándola en sus recipientes ubicados en sus patas traseras, éste polen, es transportado a la colmena y es la dieta que las obreras nodrizas le suministran a las larvas, la cuales se crían en pequeñas celdas hexagonales.

 

¿Por qué hexagonales y no de otra forma?

De manera increíble la forma hexagonal de las celdas aporta la máxima disposición del aprovechamiento del espacio, de manera que si fuera de forma cuadrada o circular se estaría desperdiciando valioso espacio que podría ser aprovechado para celdas extras, las cuales podrían albergar a mayor cantidad de larvas. Pero además de ello, como mencionamos anteriormente, también se encuentra el néctar, la principal materia prima para la elaboración de la miel.

La abeja obrera posee una larga lengua que utiliza para extraer el néctar de las flores, éste se mezcla con enzimas que la saliva de la abeja contiene y es almacenado en el interior de su cuerpo, justo en el buche melario, para posteriormente regurgitarlo en la colmena y someterlo a un proceso de deshidratación.

La miel es el alimento que las abejas elaboran para almacenarlo como suministro nutricional para las estaciones invernales, en donde las flores no prosperan y por lo tanto no disponen de la materia prima. Unos insectos socializadores perfectamente organizados en colmena, desarrollan una vida estructurada y jerarquizada que es el fruto de primitivas formas de vidas que se veían obligadas a abandonar sus crias durante su desarrollo. La elaboración de la miel les permitió atravesar épocas frías gracias a la disposición del alimento que ellas mismas elaboran.

Después de su elaboración y su posterior deshidratación la miel es extraída por el apicultor y empaquetada para su venta y consumo. No todas las mieles son iguales, su consistencia, color y sabor dependen del proceso que haya sufrido el néctar y de las distintas flores de las cuales el néctar fue extraído, por lo que podemos encontrar: miel de flores o miel de bosque, o composiciones de miel multiflorales (miel compuesta por el néctar de diferentes flores) o monoflorales (miel compuesta por el néctar de una misma flor).

Al margen de ello sería importante destacar que una de las propiedades más sorprendentes de la miel, es su capacidad de conservación, gracias a su bajo contenido en agua logra mantenerse en condiciones incluso a través de los años, de hecho la miel se utilizaba para evitar la descomposición de cadáveres, y es que no solo los humanos aprovechaban esta propiedad de la miel para conservar carne muerta, las mismas abejas “embalsamaban” a sus posibles peligros cubriéndola de miel, como a ratones o mariposas.

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