Con la veloz forestación de los bosques en todo el planeta y la grave tendencia creciente en cuanto a la preocupación sobre la disponibilidad de los recursos terrestres, el consumo de papel es uno de los aspectos que deberemos tener en cuenta al momento de intentar disminuir nuestra incesante actividad y sus efectos perniciosos sobre el ambiente. Aquí te dejamos algunos métodos sencillos para lograrlo.
¿Qué es el papel?
El papel es un material fino producido presionando juntas las fibras húmedas, típicamente pulpa de la celulosa derivada de la madera, trapos o hierbas, y secado de ellas en hojas flexibles. Para su fabricación, se genera una pasta a partir de madera, mediante un proceso que separa la lignina de fibras de celulosa. Esto se logra mediante la disolución de la lignina en un licor de cocción, de manera que puede ser lavado de las fibras de celulosa. La pulpa también puede ser blanqueada para producir papel blanco, pero esto consume 5% de las fibras.
La pulpa se alimenta a una máquina de papel donde se forma como una banda de papel y el agua se retira de ella por prensado y secado.
Al presionar la hoja elimina el agua por la fuerza. El secado implica el uso de aire y o calor para eliminar el agua de la hoja de papel. El calor producido por éstos puede secar fácilmente el papel a menos de 6% de humedad.
La producción y el uso de papel tiene una serie de efectos adversos sobre el medio ambiente, siendo que el consumo mundial de papel ha incrementado en un 400% en los últimos 40 años, conduciendo a un aumento de la deforestación, con un 35% de los árboles talados son utilizados para la fabricación de papel. La tala de bosques primarios representa menos del 10% de pulpa de madera
En los EEUU, el residuos de papel llega al 40% del total de residuos producidos anualmente, lo que equivale a más de 70 millones de toneladas de residuos de papel al año, sólo en EEUU. Todo esto sin tomar la contaminación generada por el uso de productos químicos en su fabricación, que son expulsados al ambiente.
Reciclar papel
Uno de los métodos más conocidos para reciclar papel es realizar “papel casero”. Pero lo cierto que es que una sola hoja de papel tiene usos múltiples en su haber. Para comenzar, debemos tener en cuenta que una hoja de papel nueva sólo debería ser utilizada para aquellos proyectos y tareas que requieran de prolijidad: entrega de trabajos escritos, dibujo, etc., en los que el estado óptimo del papel sea uno de los requisitos excluyentes. Pero así mismo existen otro tipo de actividades y usos que no requieren de la mencionada prolijidad. Y es aquí donde podemos sacarle provecho a nuestra hoja de papel una y otra vez.
El primer “re-uso” que puedes darle a tu hoja de papel es imprimir en la parte posterior, en “la otra cara”. Utilizar la página que ha quedado libre nos proveerá del doble de papel disponible para nuestras impresiones. Muchas veces nos quedamos con pilas de papel ya utilizado en una sola cara y que puede ser aprovechado en la cara opuesta para nuestro proyectos personales y usos caseros.
A su vez, con éstos papeles puedes confeccionar una libreta improvisada, con sólo apilarlos y unirlos mediante ganchos o un cosido tendrás un anotador de primera línea. También puedes realizar perforaciones de anillados y confeccionarle unas bellas y caseras portadas.
El segundo “re-uso” es un poco más casero. Una vez que terminaste de utilizar ambas caras de la hoja, puedes encomendar tus papeles para usos que tengan más que ver con la higiene del hogar. Puedes envolver regalos de modo original, utilizar el papel para absorber humedades (tanto en el fondo del tacho de basura, como en sitios potenciales de ser manchados en el garaje), incluso para limpiar las ventanas (en caso de ser papel de periódico). A su vez, podrías hacer arena para gatos. Todo lo que necesitas es un poco de bicarbonato. Trituras el papel, lo remojas en agua tibia, agregas una pequeña cantidad de jabón biodegradable, escurres el agua, agregas el bicarbonato de sodio en el papel y amasas la mezcla toda junta. Luego sólo exprimes cuanta más humedad te sea posible. Desmenuzas lo resultante en una pantalla y dejas secar durante unos días. Práctico y bueno para ahorrar.
A su vez, puedes empaquetar cajas con el papel sobrante, hacerle una portada original a tus libros preferidos o a tu “caja de tesoros”. Las posibilidades son infinitas. Puedes confeccionar una guarda para tu cuarto, realizar un afiche para decorar, una pantalla para tu lámpara y muchas otras más.
El tercer “re-uso” es el definitivo, aquí no hay vuelta atrás y el papel ya no tendrá más posibilidades de “re-uso”. Se trata de dos opciones ligadas entre sí. La primera tiene como finalidad evitar el crecimiento de malezas en tu jardín. Para ello deberás girar el papel de periódico y papel de oficina en forma de “mantillo”. Luego cortas el papel en tiras y lo colocas en capa alrededor de tus plantas. Esto ayudará a prevenir el crecimiento de malezas y mantendrá el suelo húmedo. El papel finalmente se descompondrá y ayudar a dar nutrientes al suelo. El cartón corrugado también suele ser eficaz para éste fin, pero no deberás utilizar para ésto papel satinado o con tinta de color.
El otro “último re-uso” es para confeccionar compost. En especial si es papel de periódico, ya que añadirá carbono a una pila de compost bien equilibrada, y está clasificado como “marrón”. Nada mejor para tener tu propia fuente de abono casero.
Si ninguna de éstas opciones te apetece, siempre puedes ponerte en contacto con la planta recicladora de tu zona y entregarles el papel que tengas a disposición para que sea tratado debidamente.
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