¿Qué es el apego y cómo afecta a nuestra vida?

El apego hacia alguien o hacia algo se define como una vinculación  afectiva intensa, duradera que se desarrolla y consolida en el tiempo por medio de la interacción. Su objetivo primordial es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza; ya que este sentimiento proporciona seguridad, consuelo y protección.

 

¿Qué es el apego y cómo afecta a nuestra vida?

Se trata de conductas observables que comienzan de manera refleja, John Bowlby fue el primer psicólogo que desarrollo la “Teoría del Apego”. El apego también suele conocerse como dependencia emocional y todos los seres humanos lo sufrimos en mayor o menor medida.

Si se considera que algo o alguien en nuestra vida es imprescindible para poder ser felices, tendremos un problema ya que estaremos “a la sombra de nuestro amo”. Crear una relación  dependiente significa entregar el alma a cambio de obtener un falso placer y seguridad.

Cuando esto es así se desperdicia mucha energía a un objeto, a una relación, a un vínculo que a largo plazo puede resultar perjudicial para nuestra vida.

Las religiones orientales enseñan que las cosas, las personas y todo en este mundo cambia, se transforma; es la ley de la impermanencia, las cosas se van no  son para siempre y debemos estar listos para dejarlas ir y afrontar la pérdida.

Sin embargo, las sociedades occidentales nos educan de manera contraria, aquí la base  es la esperanza mientras que en oriente se dedican a aprender a perder. Cabría la pregunta de si la felicidad  está en obtener las cosas o en necesitar lo menos posible. Para alcanzar la felicidad tendríamos que hacerlo de una manera más armoniosa, más relajada. Nuestra sociedad occidental no sabe enfrentar las pérdidas ni la desesperanza.

Lo que define mejor al apego no es tanto el deseo como la incapacidad de renunciar a él, que no es sino renunciar al placer. Los orientales lo ven como una adicción, para los occidentales es una muestra de cariño por algo o alguien. Socialmente resulta aceptable, no se lo considera una adicción.

¿A qué o a quiénes se puede sentir apego? a las personas que amamos, a la aprobación social, a las posesiones materiales, a la moda, a la belleza, a la edad, a las compras, a las ideas, y una larga lista de situaciones a las que podemos volvernos dependientes.

 

¿Cómo nos damos cuenta que sufrimos de apego o dependencia emocional?

Según  Walter Riso, hay cuatro pistas claras:

  1. Un deseo insaciable hacia algo o alguien.
  2. La pérdida del autocontrol frente al estímulo (por eso el apego corrompe, porque nos lleva a negociar con nuestra dignidad).
  3. Un malestar exagerado cuando no podemos estar con el objeto o sujeto del apego, una descomposición como la abstinencia que siente un drogadicto, aunque sin químicos.
  4. La persistencia en la conducta, a sabiendas de que es inadecuada y finalmente nefasta.

El desapego es lo contrario, una relación que no es obsesiva, es evidente que uno está preparado para  la pérdida. Si lo tenemos en nuestra vida está bien, pero si no lo tenemos estará bien igual. Es un vínculo sano, sin miedo, sin posesión, sin identificación en el cual se es emocionalmente independiente.  Si creemos que no podemos vivir sin el otro somos esclavos y tenemos un amo. El apego es una patología de la libertad; cuando estamos desapegados somo libres, participamos con el otro.

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