La literatura preserva los ideales de un pueblo. Esos ideales dentro del imaginario colectivo: el amor, la fe, el deber, la amistad, la libertad, la reverencia; todos los cuales son parte de la vida humana y dignos de preservación.
Cuando vemos a través de todo eso, comenzamos a preguntarnos “por qué”. La respuesta es sencilla: son parte de nuestra historia, de la construcción de ese logos que como pueblo ya se encuentra en lo más profundo de nuestras raíces, bien arraigado.
La literatura enseña valores
Literatura enseña valores con fuerza emocional. Para tomar un ejemplo americano, Matar a un ruiseñor es a la vez una condena de norteamérica y una celebración de un héroe norteamericano arquetípico: el hombre que se pone de pie para desafiar a toda su comunidad en defensa de lo que es correcto (en la misma capacidad en que lo hace el personaje de John Proctor en Las brujas de Salem).
Lo mismo que sucede con relatos de Rulfo o una Victoria Ocampo. Los estudiantes necesitan sentir la fuerza de estas cosas o los valores no serán fuertes en sus vidas, pero también tienen que ser capaces de defenderse. No hay nada acerca de la literatura que dicte que siempre tiene que ser moral. Mucha gente piensa que la guerra de Yugoslavia se reduce en parte a la poesía, a la clase de cosas que los estudiantes serbios aprendieron en la escuela. De la misma manera en que Mariano Moreno ha sido inspirado por sus escritores y pensadores contemporáneos.
La literatura es una apertura
La literatura tiene el poder de cambiar las formas destructivas de pensar en muchos niveles. En la vida de muchas personas la poesía ha sido una cosa maravillosa. Cuando las emociones te llevan a ver el mundo desde una perspectiva negativa comienzas a pensar que no eres tú, que ese sentimiento de “todo es malo” es verdadero. En un momento como ese, se necesita algo tan poderoso como la poesía.
Se puede cristalizar lo que sientes en ese momento, o se puede transformar en algo mejor. Muchos creen en la memorización de la poesía. Si memorizas un poema, se convertirá en una parte de tu estructura emocional, y sólo puede hacerlo porque su estructura es inflexible. No va a ceder, y es por eso que es importante para tu persona .
George Gabori , por ejemplo, era un preso político en la Hungría estalinista. Cuando estaba en régimen de aislamiento, ejerció su mente, tratando de recordar toda la poesía que había leído. Él dice que en el momento en que salió, era capaz de recitar durante ocho horas seguidas sin repetirse. Eso es lo importante de la literatura. Es un modo perpetuo para recordar y recobrar nuestra humanidad hasta en los peores momentos, cuando quizás la creíamos perdida.
La literatura será ficción, pero versa sobre la realidad
“Literature is a struggle over the nature of reality”
“La literatura es una lucha sobre la naturaleza de la realidad”
Richard Wright
Como bien describen esta cita, la literatura también tiene un enforque funcionalista que nos dice que la misma es un acercamiento hacia la realidad. Cada modelos textual involucra una serie de decisiones heurísticas; el modelo no puede ser puesto en equivalencia respecto del texto literario mismo, pero sí (simplemente) abre una serie de medios para poder ser accedido. Siempre que entramos a un texto (ya sea para analizarlo o para “disfrutarlo”) nunca lidiamos con un texto pura y simplemente; pero, inevitablemente, aplicamos un marco de referencia específicamente seleccionado para nuestra lectura. Es por ello que, por más “ficcional” que sea el texto, la literatura está allí no para que su palabra sea tomada como la denotación empírica de una realidad dada, sino que se trata de una representación de algo que no se encuentra dado.
Esta capacidad de apreciación sólo se obtiene al profundizar el contacto con los modelos de lectura, en la lectura misma. Descubrir las realidades descritas entre líneas en la página es algo necesario para una experiencia escolar íntegra, y sólo se obtiene a través de la práctica de la lectura asidua.
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