Niños Índigo, Cristal y Arco Iris: el futuro de la Humanidad

En la corriente de la Nueva Era, que plantea la evolución del Hombre y el paso a estados de conciencia superiores, surge la teoría de los niños Índigo, Cristal y Arco Iris, son precisamente ellos los nuevos humanos que conducirán este cambio y esta evolución.

Todos estos casos, el de los niños Índigo, Cristal y Arco Iris plantean a niños y jóvenes que nacen portando habilidades y capacidades diferenciadas, desde una creatividad incrementada, una mayor capacidad de empatía, una maravillosa intuición, hasta algunas tan asombrosas como la telepatía. Cada niño expresa y experimenta de forma única su particularidad. Traen una misión muy especial: la de ayudar a toda la especie humana a transitar los procesos que la lleven a una evolución, a un perfeccionamiento.

Los primeros en llegar fueron los niños Índigo, que nacieron entre 1970 y 1995. su nombre se debe a que en su aura predomina este color. Su misión, por llamarla de alguna manera, es venir a romper con las estructuras preestablecidas, por ello suelen tener rasgos de rebeldía y hasta dificultades para insertarse en la sociedad. Muchos afirman que la proliferación de diagnósticos de síndrome de Déficit de Atención con Hiperactividad (SDAH), en realidad es la manera de catalogar a este tipo de niños de acuerdo a las posturas convencionales.

Algunas de las características de los Índigos es que poseen una mayor intuición, espontaneidad, rechazo a una moralidad estricta y una gran imaginación, a veces desarrollan también algunos dones paranormales como la telequinesis, la clarividencia, la piroquinesis o la capacidad de sanación.

Se frustran con los sistemas educativos que coartan su creatividad, tienen dificultades para aceptar la autoridad – en especial si no es democrática –, o ciertas convenciones sociales, tienen muchísima energía y a veces tienen dificultades para interrelacionarse con los demás, pues se sienten incomprendidos. Les cuesta acostumbrarse a la rutina, y se frustran por ello. Necesitan padres seguros y decididos, y los ayuda practicar actividades creativas y deportes, para canalizar su gran caudal de energía.

Los niños Cristal son llamados así por su energía tan sensible. Se los llama los pacificadores, vienen a construir nuevos lazos humanos tras la rotura de los anteriores, por parte de los Índigo. Son muy empáticos y parecen saber siempre qué piensa y siente la otra persona. La energía Cristal es flexible, no choca, no se impone sino que intenta unir. Son niños cariñosos, amorosos, indulgentes.

Los seres con esta energía suelen mantener una amplia conexión espiritual, aunque muchos no la demuestran. Tienen presentes las experiencias de otros planos, aún sin ser conscientes de ello, es por ello que son idealistas y soñadores.

Sus personalidades suelen ser retraídas, les cuesta comunicarse con su entorno. Pueden ser víctimas de acoso escolar. Hay quienes opinan que el aumento de diagnóstico de Trastornos del Espectro Autista, coincide con la llegada de estos niños y es la manera de catalogarlos de acuerdo a parámetros médicos y psicológicos convencionales. A veces se sienten solos, porque no encuentran la pareja, los amigos o familiares con quien compartir lo que traen.

Suelen parecer sumisos y obedientes, lo que no significa que tengan una baja autoestima. Su gran intuición hacen que rechacen lugares o personas, pues perciben cosas que el entorno no puede comprender, y de la misma manera pueden tener una gran afinidad con alguien a quien apenas conocen.

Finalmente, los niños Arco Iris son la tercera generación de niños especiales que han venido a ayudar a evolucionar a la Humanidad. Se cree que nacieron a partir del año 2000. Su nombre se debe a que traen una cuota de alegría y armonía a la familia y comunidad en la que se insertan. Su característica es la sonrisa, su misión es la del perdón. Se recuperan rápidamente de cualquier emoción negativa.

Tienen una fuerte personalidad, e incluso la capacidad de la sanación. Son los constructores del nuevo mundo. Se cree que pueden conseguir lo que necesitan al instante. Su estado de ánimo es muy energético. Les llama la atención los colores en lo que los rodea, suele reflejarse en sus ropas. Tienen equilibradas las dos energías de sus predecesores. No tienen temores ni ataduras, son un ejemplo de lo que puede lograr una persona si desarrolla todo su potencial. Son niños amables, felices, nada rencorosos. Son sensibles e intuitivos, al igual que los otros niños especiales. Nacen con una sabiduría infinita, y una gran creatividad.

Al igual que en los casos anteriores, a veces puede ocurrir que la dificultad de catalogarlos en determinadas categorías convencionales, los lleve a ser diagnosticados con problemas psicológicos o pedagógicos.
A grandes rasgos, estas son las características de los niños especiales, aunque la sugerencia es la de no intentar catalogar a un niño “especial”. En todo caso, lejos de colocarle una etiqueta, hay que intentar acompañarlo todo lo que sea posible en base a sus reales necesidades y características individuales, para que logre desplegar sus dones y tener una existencia feliz.

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